Llega el verano y hay que ser
selectivo en las rutas, en este caso y ante la variabilidad de ritmo y nivel de
preparación se ha elegido una ruta para todos.
El Puerto de Cotos en esta época no
tiene la presión de vehículos de la temporada de invierno, así es posible
llegar sobre las 10,30 horas y encontrar sitio para aparcar, también se ve
numerosos grupos que en una u otra dirección inician su marcha senderistas.
Tras la foto de rigor de grupo
iniciamos precipitadamente nuestro caminar. Todos sabemos que es un continuo
descender, bajar entre caminos, pinares, recibir las frescas brisas que se
filtran entre las sombras y disfrutar de un discurrir de aguas que en casi todo
el recorrido nos acompañan.
Ya
lo dicen el refrán “Vísteme deprisa que voy despacio”, y prueba es que
el alboroto de voces, el cruce de comentarios, el ir pa´lante sin más nos lleva
al primer error: Subir cuando hay que descender.
-Julián, esto no es lo que me
habías dicho-, para que quieres más marinero. Ojeadores, exploradores, gps
echando humo y un monto de cábalas tratan de buscar la solución, pero esta vez
será la decana senderista Isa que tímidamente muestra el enderezo del rumbo a
ritmo de wikiloc.
Solucionado los iniciales equívocos
rumbos todo se torna en un paseo placentero, donde se disfrutó de uno excelente
mañana que nos adentró en el espectacular Camino de las Pesquerías, antiguo
paseo de reyes.
Esta vez fuimos un creciente bus de
a 22: Fausto, Vero, Alba, Isa, Alfredo y Sra, Sergio, María, Belisario,
Carolina, Miguel, Bienve, Julián, M Ángeles, Fernando, Constanza, Victoria,
Alfonso, Tomás y tres chicas gym. Obtén la ruta e información:
Basarte en los indicadores abalados
por la repetición de sucesos, hacer “inteligencia deductiva” de los indicios
naturales, seguir las estrellas, entender la evolución de las nubes, los
vientos, el sol, orientarte por la disposición de las plantas o el alargamiento
de las sombras son algunos o parte de los indicadores que aportan suficiente
información, a un buen experto y conocedor de la naturaleza, para dirigir sus
paso y actos en plena naturaleza.
Otros más noveles y menos
conocedores de los indicios, indicadores o elementos que la naturaleza deposita
sabiamente hace que dejemos el hacer a otros más versados, siguiendo a la chita
callando sus decisiones, giros y direcciones, pero, cuándo…
Los modernos tiempos han aportado
un valor añadido que es el “manitú supremo” que está por encima de las
tradicionales valoraciones de tiempos pasados para ser el perfecto instrumento
guía de tiempos actuales.
Entonces,… ¡Ahh!..., es ese preciso
instante cuando, el “manitú supremo”, es empuñado por la mano y acariciado por
los dedos cuando se pone en funcionamiento incontables algoritmos bajo
destellos de ceros y unos que trazan un camino inequívoco e incontestable en
líneas de gps sin margen a error.
Quien en sus manos dispone de un
gps, en ese momento con su dedo señalador se ha convertido en el “dedo de dios”
que marca el camino con certeza y rigor.
Pero desde el inicio de los
tiempos, la naturaleza es la naturaleza y un mismo espacio se convierte en
figura cambiante. Cambiante es su figura, cambiante sus caminos, cambiante sus
olores y cambiante es su paisaje.
Ante una naturaleza sabiamente
variable y un gps inflexible surge el instinto humano llamado “atrochamiento”, figura
que es la bisectriz intermedia que se crea entre la sabia variable naturaleza y
la señal inflexible del gepeese. Bisectriz que se manifiesta en “trepes” y “destrepes” bajo el recelo
humanoide conservacionista de si dudas o no estás convencido, mejor no lo hagas.
Otra iniciativa más entorno a las Lagunas de Villafranca, es un sumando para crecer en visualización. Llegan los calores, se nos echa encima el verano y la laguna Grande se convierte en el epicentro de una Mancha asolanada.
Un epicentro que reúne bañistas, paseantes, meriendas y largas conversaciones, pero…. Al llegar la noche surge un nuevo escenario de aguas tranquilas, sonidos apagados, murmullos de conversaciones al fresco y la luna. Desde esta inquietante AdC se promociona y se apoya esta interesante iniciativa, espontánea y ordenada QLL, porque unir en una noche de verano la Luna llena y los Humedales es crear el refrescante perfecto
Se intrépido y disfruta de la noche deportivamente.
Te ofreezco un buen plan: Adentrarte en el Parque Nacional Aigüestortes y lago San
Mauricio no deja de ser una aventura inquietante donde sus bellos paisajes,
jalonados por subidas empinadas y bajadas
vertiginosas abren a una ruta circular que une mil y un lago.
Alberto, Roberto, Javi, Bienve y un yo tuvimos ocasión de
disfrutar de este impresionante recorrido circular. Los anecdotarios, como
suele ser en este tipo de aventuras,
fueron muchas; pero el objeto de lo que aquí se enlaza es facilitar la información
que previamente recopilamos para afrontar este circuito pirenaico.
La dureza del circuito, de tí depende, una planificación de
seis días es para ir de una forma más o menos sosegada, partiendo de este
criterio, busca el punto de exigencia y anímate a programarlo, no te arrepentirás.
Ahh!! Busca hacerlo en equipo.
Dossier que facilito:
0 Dossier Completo CdF.
1 CdF su organización.
2 CdF Ficha técnica.
3 CdF Refugios.
4 CdF Material a portear
0 Contiene la información completa.
1 Contiene como se organizo, que debes saber y nuestra experiencia por etapas.
2 Datos sobre el recorrido que te vas a encontrar.
3 Datos sobre los refugios que te encontrarás.
4 Material, que en este caso, portee durante las etapas.
Enlaces a Alma de Corredor, donde en el primero digo como surgió y en el segundo doy mi opinión sobre la experiencia.
Recuerdo hace unos años, cuando con
ocasión de no recuerdo que edición de la Carrera Popular las Lagunas de Villafranca, uno de los “tardo-atletas” interesados en participar llamó, el
mismo día de la prueba, al teléfono fijo que constaba en el reglamento. A las
preguntas de este atleta, la respuesta
de la tía Aurelia fue: “Pero si ya están en la corría”.
Corriendo por el Camino de Santiago
Los tiempos cambian, pero creo que
hay cosas inamovibles, siendo su única posibilidad alterable el dotarla de más
o menos abalorios, pero el fondo es el mismo. Mi generación se crió, se desarrolló y aprendió bajo el desconocimiento de lo natural e inherente al ser
humano que es el sexo. En la escuela (yo fui a la escuela no al colegio) no se
hablaba de ello, en la familia no se hablaba y en la televisión dos besos
seguidos le ponían dos rombos. En fin que lo más natural fue que brotara bajo
el instinto de desarrollo y a través de los más espabilados uno iba descubriendo escondidamente de que aquello se trataba.
De aquellos tiempos a estos ahoras
mucho ha cambiado, esto que digo sólo sirve de introducción para hablar de otro
natural desarrollo y proceder del ser humano: El correr, porque gracias a la
habilidad del correr hoy en día somos lo que somos. Si en los inicios de homo
erectus el correr era elemento indispensable para huir como defensa y atacar
como parte de conseguir alimentos, con el paso de los miles de años se ha
transformado en una cuestión natural residual, pero esta cuestión natural
residual escondida en algún rincón perdido de nuestro cerebro, a veces sale a
la luz como puro instinto de conservación que fue.
Subida al pico Peñalara corriendo
Entre aquellos finales de los 70,
yo comencé a correr, quizás surgió de ese residual instinto de miles de años
atrás o como continuación de los juegos y competiciones que montábamos en la
calle la Parra o por aquel entonces calle José Antonio. Lo cierto es que en
aquellos finales de los 70 vestir unas zapatillas y pantalón corto era cosa de locos, y
como cosa de locos entrenabas (si así se puede llamar lo que uno hacia).
Seguías los consejos de algún experimentado corredor, la indumentaria se basaba
en unos pantalones cortos, camiseta de algodón unas zapatillas (sin saber si
eras pronador, supinador, larga o corta distancia) y calcetines de hilo puestos
al revés (por eso de las costuras). Esta indumentaria te seguía hasta el final
de su total deterioro. Por aquel entonces entre en la juventud desde el tabú de
sexo y aquél loco que hace corrías.
Queda claro que contra la
naturaleza nadie puede ir, ni esconderla, ni camuflarla, porque el ser humano
lo guarda como un poso latente indispensable de su desarrollo.
Hoy de la corría hemos pasado a la
eyaculación, también de la corría hemos pasado al running. Por ello hoy no se
esconde, hoy se presume, se adorna, se alaga,… hoy el sexo se adorna con las lencerías
más finas y con los instrumentos más sofisticados, al igual que el correr se
adorna con el conjunto de ropas que combinan, las zapatillas para una distancia
u otra (que menos que tener cinco pares) y por supuesto se utilizan los
adecuados adornos de control, seguimiento y estadística de progresiones (por
desgracia también muestra las regresiones).
En los albores del siglo XXI no nos
corremos, sino eyaculamos y no corremos, sino hacemos running.
A pesar de todo, aún sigo, como en
aquellos tiempos haciendo corrías.
Programada desde hace tiempo, el 17 de mayo, se llevó a cabo
una “clásica en los Montes de Toledo”: Circular Garganta del Castaña. Esta ruta
senderista te adentra en el ecosistema mediterráneo. La distancia de 23 Km
discurre, una parte importante por senderos entre la finca privada “El
Castañar”. El abrir y cerrar puertas, bien era supervisada, por el anfitrión de
la ruta.
Miguel, nos sorprendió con su nuevo look
La característica de esta ruta es hacer el recorrido a la
inversa, la parte organizadora se había esmerado en darle el mejor de los
enfoques, por ello se decidió hacerla en sentido contrario a las agujas del
reloj.
El día se prestaba con cierto temor calorífico, que si en un
principio se camufló por la suerte de sobras arbóreas que nos cubrían los
pasos, en sus finales nos ajusticio con desmesura.
Allá por el S XV, parece ser que, el lugar de nuestro primer
descanso y reposiciones de aguas (buena y fresquita), fue el Convento de
Castañar, del aquel entonces guardan unas casis desaparecidas ruinas y en su
centro un monolito (zona inaccesible, por estar vallado).
El Caballeros Armando (por eso de adentrarnos en aquellas
épocas) nos daba ciertos datos: El Cardenal Cisneros, en una modesta casa, por
tiempo de tres años estuvo en esta zona a modo de inquisitorio recogimiento y
reflexión.
La senda los Frailes nos va ascendiendo paulatinamente, a la
espalda nos van dejando bellas imágenes de llanura, al frente nos adentra en un
robledal, para dejarnos a los pies de techo de la provincia de Ciudad Real, el
Pico del Amor de 1.380 m, desde aquí es todo descenso, para descansar y tomar
un bocado en las márgenes del arroyo de Guajaraz, aquí contamos con una fuente
que nos abastece con su generosas aguas. Este arroyo es el termómetro de la sequía, su cauce este año dice “vamos,
que va tirando que no es poco”.
Son apenas 4 km para finalizar la ruta, el sol se manifiesta
al son de timbales, sólo nos
Descanso y reposición a la vera de Guajaraz
queda la ligera esperanza de regar nuestros
cuerpos con unas bien fresquitas “gordas” a la sombra de los pinos, puntualizo
en el bar de encuentro y despedida, ubicado en Sonseca.
Fuimos casi veinte, grupo heterogéneo por edades, ritmos y
lugares, de todos ellos decir que ¡Da gloría!, pero permitidme destacar a Sonia
Toribio porque ser senderista al lado de la primera mujer absoluta que fue la
vencedora del Primer Trail Humedales Manchegos es todo un lujo.
Y por último quiero hacer una mención especial a todo un
caballero, Armando, que por su procedencia y su “conocencia” del lugar se
asemeja aquellos andantes, que profesaron en las soledades y despoblados
campos, con ánimo de ofrecer su brazo y persona en suerte de favorecer a estos
menesterosos senderistas, así su trabajo, sus pasos, su inquietud los mostró en
denuedo para que todos y cada uno disfrutáramos de estos parajes, pero bien es
cierto que si su trabajo sin reposo y su interés sin descanso llevaron a cabo
todas y cada una de las previsiones, estamos en tierra de encantamientos y la
naturaleza de caprichos extremos calurosos en ello se esmeró.
El camino era no acto para
vehículos, fue necesario hacer un esfuerzo para surcar senderos y pedregales de
sostenido ascenso. El sol, en todo momento, cubría los francos en permanente
vigía amenazante. Solo un ronroneo de agua y rocas apaciguaba el camino.
Altas temperaturas en toda la
península, en un mes de mayo que vate récord históricos. Era el plan perfecto
de evasión: Alojamiento para tres en hotel exclusivo de categoría mil y una
estrella.
La entrada al hall es bajo una
impresionante fuente en cascada, donde a modo de lago hace reverdecer una
inmensa pradera acolchada, unos cómodos sillones se enfrentan a dos inmensos
ventanales: unos al este, donde las alturas glaciales rompen el cielo y otros hacia el oeste proyectándote a los
abismo del valle.
Un revuelo de cabras hacen de
anfitrionas recepcionista para el mejor de los acomodos, donde las glaciales
aguas cristalinas dan inicio a un río sin fin. Una vez alojados, es el momento
de jacuzzi, para un posterior estiramiento de relajo.
Un bufé elaborado, despliega los
sentidos de los sabores. En los postres, los primeros brillos de satélites, anuncian
la llegada de los serenos, que con mil y una estrellas iluminan la inmensidad
de jardines que perimetran el hotel.
Estirarte entre las exquisitas sábanas
de seda, mullir las almohadas de plumón de oca y cerrar los ojos, para con los primeros
bostezos dejar que una rítmica música de agua y rocas llenen la calmada atmósfera, para en la profundidad de la noche formar un
coro con el silbante
viento.
Dormir, soñar, descansar,
desconectar,… en el exclusivo hotel de las mil y una estrellas.
NOTA: El hotel no dispone de red
wifi gratis, ni de pago. Tampoco dispone de TV.