El camino era no acto para
vehículos, fue necesario hacer un esfuerzo para surcar senderos y pedregales de
sostenido ascenso. El sol, en todo momento, cubría los francos en permanente
vigía amenazante. Solo un ronroneo de agua y rocas apaciguaba el camino.
Altas temperaturas en toda la
península, en un mes de mayo que vate récord históricos. Era el plan perfecto
de evasión: Alojamiento para tres en hotel exclusivo de categoría mil y una
estrella.
La entrada al hall es bajo una
impresionante fuente en cascada, donde a modo de lago hace reverdecer una
inmensa pradera acolchada, unos cómodos sillones se enfrentan a dos inmensos
ventanales: unos al este, donde las alturas glaciales rompen el cielo y otros hacia el oeste proyectándote a los
abismo del valle.
Un revuelo de cabras hacen de
anfitrionas recepcionista para el mejor de los acomodos, donde las glaciales
aguas cristalinas dan inicio a un río sin fin. Una vez alojados, es el momento
de jacuzzi, para un posterior estiramiento de relajo.

Estirarte entre las exquisitas sábanas
de seda, mullir las almohadas de plumón de oca y cerrar los ojos, para con los primeros
bostezos dejar que una rítmica música de agua y rocas llenen la calmada atmósfera, para en la profundidad de la noche formar un
coro con el silbante
viento.
Dormir, soñar, descansar,
desconectar,… en el exclusivo hotel de las mil y una estrellas.
NOTA: El hotel no dispone de red
wifi gratis, ni de pago. Tampoco dispone de TV.

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