No somos Nadie
Siempre de pequeño me llamo la atención, cuando con voz
misteriosa, ahuecada y envuelta en silencios lúgubres de oscuros lutos, oía
decir “no somos nadie”. Esa expresión creaba en mi un miedo: convertirte en
algo confundido en las entrañas de la tierra por el trabajo laborioso de unos
bichos.
39 días enterrados, donde desde las entrañas de la tierra
los laboriosos bichos dan vida a la naturaleza, como ley de vida que es.
No somos nadie, porque la naturaleza manda.
Nunca aprenderemos.