lunes, 21 de febrero de 2022

Línea de Fuego

Arturo Pérez-Reverte

Chof, paf, pam-tuump. Pam-tuuump (bombas en el agua). Tacatacatacatac, tacatacatac (sonido ensordecedor de un reguero de balas) ziaaang, ziaaang (el sonido de balas altas) Ratatatata-ta-ta (ametralladora fascista). Pum, pum. Puuu,-bah (sonido de bombas). Raaaaas. Raaaaaas. Raaaaaas. (Proyectiles de 105) Puum-bah. Puum-bath (disparos) Climb, clang. Cac,chac, chac (fragmentos de piedras, esquirlas de metralla) Pam, pam.pam. Clac (tiros de pistola. Sin cartuchos). Raaaaas. Puum-bah (estallidos cercanos) Puuum-clac-clac-clac (morteros de 81 mm). Puuum-bah. Puuum-bah (estallido granadas)

Ay, madre, dice. Ay, madre, madre, madre, madre

“-Míralos –dice al fin-. Son idénticos a los que han muerto y van a morir en las próximas horas o días. Cada uno de ellos significa una esposa, una madre, unos hijos. De casi todos estos, las madres. Una familia…”

Arturo Pérez-Reverte con “línea de Fuego” nos lleva a los pies de una de las batallas más sangrientas de las guerras de España: La Batalla del Ebro en la recientemente casi acabada Guerra Civil Española. Reciente porque sus regueros de sangre aún están presentes y todavía están llenos de odio. Un odio no superando por dos sangrantes bandos: Los Fascistas y los Rojos o a la inversa (Qué más da). Dos ideologías irreconciliables en sus extremos, donde sus odios van más allá de la imposición de ideas o creencias, porque sus metas son el extermino del uno sobre el otro. “A veces pienso, y me aterra pensarlo, que sólo un dictador salido de un bando y otro controlaría esto. Y el que lo haga, sea que sea, rojo o azul, lo sumirá todo en un baño de sangre. Incluso después de vencer, prolongará durante algún tiempo la carnicería…”

Pérez Reverte me vuelve a sorprender, aunque no deja de ir mancando un hilacho de angustia (como aquel otro de Patria). Casttllets del Segre es un comienzo de batalla, donde se inicia una guerra de trincheras: Sangrante, angustiosa, terrorífica,… donde a veces ese odio lleva a la masacre y otras “Ya no es una guerra de exterminio de fascistas, sino una guerra donde le ven la cara al enemigo; donde a veces descubren que es del mismo pueblo que ellos y compraba tabaco en el mismo estanco…eso cambia las cosas.”.

Una guerra que no quería nadie, bueno si, sólo lo querían los fascistas y los rojos (O al revés, qué más da). “lo que anhelan es que todo acabe, gane quien gane, e irse a sus casas. La mayor parte no querría estar aquí, e incluso algunos prefieren estar con los de enfrente”, una guerra donde el hijo de punta era el mismo “-Fascistas hijos de puta- masculla Rosa, recobrando el resuello. –Puede que fueran los nuestros. –Rojos hijos de puta.”

Los personajes que se dejan el pellejo en un lado o en otro, en sus diálogos entre trincheras, dejan gestos de heroicidades, actos de valentía, de creencias y mucho dolor que te eriza la piel, porque “El suelo cubierto de casquillos vacíos está resbaladizo de sangre y huele dulzón, a vísceras reventadas y suciedad corporal.” ”huele a hombres que se matan” “las lápidas rotas por las que asoman féretros astillados y cadáveres viejos que se mezclan con los nuevos; y a cada paso disparan, acuchillan, atacan a culatazos a los hombres que salen de las fosas como espectros y se enfrentan a ellos disparando a quemarropa y peleando a machete, o cazan por la espalda a los que huyen entre las tumbas, disparándoles mientras se alejan, haciéndolos caer con fusilazos secos, con impactos que levantan nubecillas de sus ripas polvorientas,”.

Una guerra de dolor que Pérez Reverte noveliza y en la que dos Españas minoritarias arrastraron a la otra en un enfrentamiento, mientras en la retaguardia se quedaron los del puro, los del sillón caliente, los del tres al cuarto vividores pero agiles en palabras, gestos y fotos. “-Pues aquí querría yo ver a los que te mandan al frente y todo son consignas: valor, aguante, tenacidad, patriotismo…Pero del plato de lentejas con tocino, ni palabra.”

Ay, madre, dice. Ay, madre, madre, madre, madre