domingo, 18 de agosto de 2019

Los últimos: Voces de la Laponia Española

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar,
Pon las tuyas a remojar
(Refrán)

El tiempo irremediablemente borra el hoy y lo hace desaparecer, seguro que es así; si la vida la contabilizamos en la unidad de tiempo. Pero esto no es una verdad absoluta, porque existe un principio de convivencia que es crear, evolucionar y dejar un futuro (evito decir mejor futuro).

Mira tú por donde entre mis manos cayo un libro titulado “Los últimos, voces de la Laponia Española” de Paco Cerdà, y su lectura me estremeció,….

El libro nos lleva a las calles perdidas de la Serranía Celtibérica en un recorrido de 65.000 km cuadrados que se extiende por las provincias de Guadalajara, Teruel, La Rioja, Burgos, Valencia, Cuenca, Zaragoza, Soria, Segovia y Castellón. Una zona donde la media de habitantes es de 3 habitantes por km cuadrado, frente a media nacional que se sitúa en casi 92 habitantes por km cuadrados. Como dice Paco Cerdà en su libro “No hay un lugar tan extremo y vacío en toda Europa”.

El paso por los distintos lugares nos lleva por espacios de  desolación invadidos por el silencio, fruto del abandono de lo que siempre ha sido nuestro. La desaparición de sus pueblos, el enterramiento de sus riquezas y la clara invasión urbanista frente a lo rural, es el dilema constructor de este libro que nos lleva por la destrucción y el olvido de una España Vaciada.

Cuando en un lugar se pierde el futuro…,  comienza el conformismo y el agradecimiento de vivir bajo las miagajas; es la perdida de la creatividad y es el principio de la catástrofe de una tierra, de un Pueblo. Porque éste comienza a desaparecer.

Un proceso de desaparición que tiene su punto de inflexión en los años 60, pero que no es achacable a un nuevo concepto de otra nueva vida social y de mejor progreso y comodidad. Es un proceso acompasado por decisiones políticas y económicas que nunca se han pretendido enmendar, porque cuando se entra en un proceso de pérdidas a nadie le interesa invertir para revertir la situación, llevando irremediablemente a convertirse en una “tierra sin pan”.

Quizás leer este libro de una España Vaciada sea la lectura triste en la que los que somos de pueblo, veamos que algún día a nosotros tampoco a nadie les vamos a interesar. Aunque hoy me surge una pregunta duda ¿Esto ya ha comenzado?….


“Ahora sólo hay un bar, con los muñecos del futbolín esperando manos infantiles que no llegan salvo en fiestas y vacaciones. Nada más.”(Los últimos, voces de la Laponia española de Paco Cerdà).

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