viernes, 27 de mayo de 2016

Mineros Trail 2016

Salir a correr con pequeñas molestias, sin las mejores sensaciones, sorteando altos y bajos y sabiendo que un pequeño cúmulo de circunstancias te acompañan, no es el mejor escenario para progresar en el correr pero es parte del antídoto para echarte p'alante cada día.

Fue desde enero, que si parte delantera plantar, lumbalgias y molestias en la parte lateral del pie derecho, todo ello bajo la envolvente de espurias neblinas han ido adormecido mi acercamiento a la competición carrerística.

No voy hacer un análisis, ni estudio reflexivo que me aboque a un diagnostico más o menos certero. Sabía y sé que era cuestión de romper desánimos y, después…, ya veremos.

4 Mineros Trail, la preparación no era la mejor para afrontar la distancia larga (26 Km), pero debía romper y este era uno de esos momentos, y en el casi cierre me apunto a la corta (14 km).

Bajo el despuntar del alba, Toni desde Alcázar y Bienve y yo desde Villafranca nos encaminamos hacia el pórtico del Valle de Alcudia, donde nos recibe una magnífica mañana para estos menesteres del correr. La nubosidad es generosa y atempera los grados, facilitando adentrarte en la montaña de esta brutal Castilla de extremos.

Uno de esos momento que clavas los ojos
para agarrarte.
Decido correr con calma, dejándome llevar por el disfrute, sin prisa pero sin pausa (entre medias arreglo unos asuntillos). Sin darme cuenta me encuentro en el pedregal, esta vez en ascenso y en los primeros kms del recorrido (rectificación que felicito a la organización). A toda subida le viene una bajada, aunque sea en hendiduras de surcos donde haces equilibrantes zancadas. Son bajadas técnicas entre piedras sueltas y zona arenosa. Bajar para subir, siempre teniendo de referente el valle de Alcudia, magníficas vistas que sorteamos entre estrechas sendas flanqueadas por poblados de matorrales y jaras (con razón la organización aconsejaba manguitos).

A mi alrededor llevo unos "populares" , que entre sofocos y agotamiento, muerden gotas de sangre en la boca y expanden sus doloridos músculos hasta las ternillas de las orejas; mientras se preguntan, voz en alto, ¿pero esto qué es?. Yo les digo que es garra, coraje y siempre luchar contra uno mismo, pero que nunca olviden encontrar su momento de recuperación para la próxima subida o la siguiente bajada y, por supuesto, al mismo tiempo que aprovechen la oportunidad, desde los adentros de la naturaleza, de los inigualables zonas y espacios.

Al final entre compadreo, bromas y bendiciones la gloria se personaliza en meta.
Alberto, Angel, Bienve, Toni, Eva y Julián

Felicitar a  Eva porque sus artes con la bici lo está convirtiendo en garras traileras, sin olvidar a Dávid, Alberto, Angel, Toni y Bienve, todos ellos hicieron el recorrido largo. Yo en el recorrido corto hasta fui un cuarto master, alabada suerte.
Reponiendo con alegría
Ahh!, nunca se debe olvidar la importancia de una buena recuperación, en esta ocasión bajo el prestigioso cochinillo asado de Brazatortas, sazonado con humor y buenas hambres de seis traileros manchegos de pura cepa.

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lunes, 23 de mayo de 2016

La Brecha de Rolando - Pirineos.

Una propuesta para el tiempo que entra, te aseguro que será inolvidable. Aquí todos los datos para que la disfrutes sin problemas:

Algunos datos:

San Nicolas de Bujaruelo, puente romano: 1.300 m.
Puerto Bujaruelo: 2.307m
5,5 km de ascensión (1.000 m. positivos).
Entre el km 7.500 al 8 km 200 metros positivos ascensión
San Nicolas a Sarradets 8,400 metros
Sarradets a Brecha: 1 km de ascensión desde 2.523 hasta 2.780m

La brecha de Rolando

Desde aquel intento de finales defebrero varias han sido las veces que hemos planificado el definitivo asalto. Esta vez, parece ser la buena. Y así el viernes 5 de junio del pasado año, tempranamente fuimos con destino al refugio de Bujaruelo, para, durante la tarde, partir desde el puente Romano por el paso transfronterizo que nos lleva a lo alto de Bujaruelo.

A las siete de la tarde debíamos estar en el Refugio de Sarradets, situación que nos ha obligado a imponer un fuerte ritmo de ascenso. Eran 5,5 km de ascensión hasta el mismo puerto, con  un desnivel positivo de 1000 metros. ¡Qué visión tan distinta!..., cuando no encontrábamos ante sus 2.307 metros,  esta vez el paisaje era de un optimismo impresionante, y lo más importante, la ausencia de nieblas y ventisca nos enseñaba sus pasos y vertientes.

Desde el puerto Bujaruelo trazamos un semicírculo hacia la derecha, en el lado contrario quedaba perfectamente visible la plataforma de Gavarnie (aparcamiento del collado de Tentes), que deja un mejor acceso hacia la Brecha. Mientras sendeamos podemos apreciar a nuestra derecha el Taillón y los Gavietos.

Pronto nos encontramos a los pies del collado de Sarradets. El deshielo hace visible sus aguas que de vez en cuando se adentran entre la nieve. La nieve está bastante “papucha” y dificulta el ascenso de este collado. En este punto  fue donde abortamos nuestra primera salida.

Pasado el puerto de Bujaruelo, este collado es la única dificultad para alcanzar el refugio de Sarradets. Los pies del collado de Sarradets están a unos 7.500 metros de nuestro punto de salida, y supone un desnivel positivo de 200 metros hasta la cresta del collado que está a 8 km de Bujaruelo.

Inigualables  las vistas que se ven desde lo alto de collado. Todo el esfuerzo ha merecido la pena: A 400 metros se divisa el refugio el refugio de Sarradets, a la derecha la Brecha de Rolando, un poco más hacia adelante el Casco de Marbore, al fondo y de frente la cascada más alta de Europa de 423 metros de salto. La luz y el tiempo hacen del Circo de Gavarnie un espectáculo impresionante. Bienve, Roberto y yo esbozamos unas nada disimuladas sonrisas al disfrutar de este maravilloso entorno.
En el Refugio de Sarradets nos esperan con la cuchara en la mesa: sopa, algo de pan y cuscús con noseque. “Engullimos” tranquilamente mientras a través de una de las ventanas se muestra esplendoroso la Brecha de Rolando.

6 de junio.

Sobre las 8,30 vamos ascendiendo hacia la Brecha, son casi 20 minutos de continuo ascenso. Los grupos son numerosos y el ambiente es magnífico.

La Brecha de Rolando, en otra época fue un paso de contrabandistas,  es un corte natural que tiene una anchura de 40 metros con paredes de unos cien metros de alto, dejando a la derecha (lado Francés) el Taillón y a su izquierda el Casco de Marboné. Al fondo España, con el valle de Ordesa.

Desde la Brecha giramos hacia la izquierda, dirección al Casco, el camino es entre las empinadas paredes y nieve que a primeras horas se muestra firme. Subir al Casco, hace que la marcha sea entretenida y tranquila. A veces tenemos que atronchar. Hay grupos que una vez culminado el Casco se lanza a las Torres. Nosotros de vuelta a la Brecha. Allí tomamos un bocado y a por el siguiente objetivo el Taillón.

Por la tarde el ascenso al Taillón se presenta tranquilo, pues no implica ninguna dificultad, quizás un poco más complicado el paso por el Dedo (debido a la nieve), para seguidamente crestear hasta la cima el Taillón.

Bienve está en su cima, Roberto y yo estamos a 10 minutos, pero una sonora tormenta nos hace desistir del objetivo. Después de cobijarnos de está incordiosa tormenta, retorno al refugio de Sarradets. Esta vez el cuscús es con nosecuantos.

7 de junio.

Dejamos tempranamente el refugio de Sarradets, queremos estar a buena hora en el puente Romano, para enfilar camino a casa. La ruta nos ha dejado un excelente sabor de boca, y por supuesto la recomiendo. Si te lo planteas te recomiendo que reserves con tiempo en el refugio de Sarradets. Nos dijeron que durante los meses de julio y agosto suelen tenerlo completo todos los días. El refugio cierra a finales de septiembre y abre por mayo, durante este tiempo mantiene una zona libre para el que se acerque al lugar.


Dejo la siguiente información:
 1.- Track de la ruta:

2.- Enlaces de interés:





3.- Consulta la previsión del tiempo:


4.- Ante una tormenta, ¿Qué?:

http://almadecorredor.blogspot.com.es/2015/06/tormenta-electrica.html




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lunes, 9 de mayo de 2016

Mal de Altura

Los hombres juegan a la tragedia
porque no creen en la realidad de la tragedia
que se está representando en el mundo civilizado.
                                                                                                                José Ortega y Gasset


Hace unos 2500 años Filípides, guerrero ateniense, murió de un sofoco y todo fue consecuencia de su deber como soldado y por la obligación en la defensa de los ciudadanos atenienses.

Hoy los tiempos han cambiado, siguen existiendo deberes y obligaciones, pero nuestra sociedad más avanzada ha creado un estereotipo basado en el "hombre sin límites". Donde los retos y las superaciones extremas es la medida que define a la persona, es decir hemos perdido la perspectiva antropológica de luchar y asumir riesgos para sobrevivir como colectivo humano, por el ego del super-yo individualizado por encima del de los demás. Hoy el héroe cotidiano para la protección del colectivo social ha sido sustituido por individuo como unidad de medida de la debilidad del contrario, basado en retos extremos (sin olvidar que detrás de estas aventuras, a veces, están escondidas una extraña maraña comercial).

Jon Krakauer alpinista y periodista reportero viajo hacia el Himalaya para escribir un reportaje sobre la creciente explotación comercial del Everest y se vio envuelto una de las tragedias más grande de la historia que esconde el Everest, describiendo los hechos, de manera gráfica bajo el título "Mal de altura".

En 1852, el agrodimensor bengalí Radhanath Sijdar descubrió que Pio XV era el techo del mundo con una altura de 8.840 metros. Nueve años después se le dio el nombre de Everest. En 1953 fue una expedición británica la que por primera vez coronó la diosa del cielo, así nombrado por el pueblo nepalí. Desde esta primera aventura muchas fueron las expediciones profesionales, que con fines científicos o por la simple demostración de poder eran respaldados por sus países.

El mal de altura nos eleva desde esas expediciones profesionales al boom egocéntrico de la superación apoyado por un desembolsamiento económico, quedando diferenciados dos contrapuntos: poder económico como medio de asumir lo inalcanzable y, por otro lado, unos países empobrecidos necesitados de ingresos que junto con unos experimentados lugareños son el medio necesario de obtener objetivos casi imposibles.

Mal de altura es la extraña dualidad entre el sufrimiento extremo por el simple placer de un reto y la entrega extrema del sherpa como medio de vida, que lleva a ambos a pasear por abismo de la muerte. " los sherpas marcaban la ruta, montaban los campamentos, cocinaban, acarreaban el equipaje,...".


Negocio, ambiciones desmedidas, extenuación, hipoxia, edema cerebral, la fiebre de la cima, prestigio, ambición y muchas pequeñas cosas que se acumulan imperceptiblemente hasta formar una masa crítica rompiendo los principios objetivos y la temeridad arrastrando al hombre al caos. Leer este libro no sólo entretiene, sino que te abre una puerta a la reflexión del riesgo extremo gratuito.

Mal de altura nos lleva a la "zona de la muerte", a la "fiebre de la cima" y al embotamiento de la mente, fusionando la debilidad de la memoria y la fatiga física donde la extenuación sólo es el principio de la muerte. <<Quizás este sea el culmen de la escalada: llegar a un punto donde, en palabras de Haston, "si algo va mal, será una lucha a muerte. Si uno está bien preparado, sobrevive; si no, la naturaleza reclama su prenda">> David Roberts.

Mal de altura es la descripción de un drama humano que va más allá de una actividad de riesgo como es el alpinismo, en mal de altura se describe gráficamente al ser humano en situación extrema aceptando la muerte, sobreviviendo a ella o eligiendo sobre la del otro.

“Beck había sufrido la amputación de medio brazo derecho, así como de todos los dedos de la mano izquierda. Le extirparon la nariz para reconstruirla con tejido de la oreja y la frente.” (Mal de altura, Jon Krakauer).

Sobre los hechos descritos por Jon Krakauer, se baso la película Everest


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