miércoles, 7 de enero de 2015

El BI, bien vale una Corona

-¡Las lagunas están congelas!-, expresión que sonaba a exagerada pero enseguida íbamos saliendo de dudas, porque una gruesa capa de hielo era cuarteada por el paso de las barca, donde el ritmo de palas y pértigas también iban troceando el hielo que cubría el vaso lagunar. El espectáculo generaba sus dudas, sobre la superficie se exparcían gruesos trozos de hielo que, como aristas de cristal, querían constituir una trinchera defensora para cualquiera que intentara invadir sus aguas.

Es tradición ver evolucionar las barcas planas, antes del “zampullón” invernal, ver como el complejo manejo de pértigas es dominado con pericia, donde hoy es recordar aquellos rudos pescadores de tierra adentro de aquellos entonces, que con apaciguante ritmo de pértiga distribuían el trasmallo  en estas aguas laguneras.

La segunda competición de barcas tradicionales se convirtió en una pugna de tres, el
hielo  obligo a los barqueros hacer un sobre esfuerzo para marcar el ritmo y mantener el rumbo a la meta.

Mientras tanto en la zona habilitada para el inicio del baño invernal se notaba cierto nerviosismo, porque si el sol regalaba un excepcional mañana para los espectadores, las gélidas aguas con borbotones de placas de hielo estaban generando dudas. Muchos, desde la barrera, decían es una locura, otros apostillaban porque este año muchos  se iban a echar para atrás y sin embargo próximo a la cita comienzan a poblarse el espacio señalado para los bañistas.

Una treintena de bañistas, desde la algarabía y con agitados movimientos, se comienzan a preparar para adentrarse entre agua y placas de hielos adentros. Este año el género femenino se hace notar, y entre los más veteranos bañistas se felicitan por su arrojo. Diana, después de unos consejos, da la señal.

Son cuchillas rebanadoras, incluso a veces cortantes golpes. Ya no hay marcha atrás. Tirarse al agua, sumergirse en la insoportable gelidez, tratar de dar una brazada, hacerte creer que no está tan “fresquita”, gozar  por un año más, sentir que aquello que comenzó como
juego, para ser reivindicación, hoy puede convertirse en un evento de importante carga simbólica, donde el patrimonio natural que posee Villafranca de los Caballeros se convierta en referente de los Humedales Manchegos.

Ser bañista en las Lagunas de Villafranca no es de héroes, quizás tenga una pizca de locura, pero de locura sana, comprometida y con un claro simbolismo de ensalzar esta parte de los Humedales Manchegos. Y digo yo, a estos actos que sorprenden a propios y extraños, porque no hacer visible un reconocimiento por tal locura sana bañistas.

Propongo crear la “Corona Bañistas”, para todo aquel que cumpla con este rito de baño invernista-launero.
pincha la Corona Bañistas para ver fotos de AdC
Al fondo, mientras los bañistas saborean un rico caldo recuperador de la casa rural Santa Elena, bogan barcas planas a ritmo de pértiga, otrora pescadoras. Hoy desplazan niños y niñas rememorando aquellos extraños oficios, que al menos nunca debemos olvidar que han sido parte de nuestra antaña vida cotidiana local.











Pincha para obtener toda la información sobre
El Baño Invernal en las Lagunas de Villafranca de los Caballeros
(Toledo)

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