miércoles, 18 de diciembre de 2013

Mi Belén


¡O viejo desventurado!
Negra dicha fue la mía
en casarme con María
por quien fuese deshonrado.
Yo la veo bien preñada:
no sé de quién nin de cuánto.
Dizen que d´Espíritu Santo,
mas yo d´esto non sé nada
(Auto de Navidad de Gómez Manrique)

Llegan  fechas entrañable, donde los tuyos los quieres tener cerca, ha ellos se va el primer suspiro, -Tendrá que ser así-. La inestabilidad laboral, el túnel oscuro sin fondo con luz, la necesidad de conseguir lo que aquí te niegan, un sin fin de afirmaciones que resaltan en negras negritas un 26%. Pero en el fin del suspiro siempre gorgotea una esperanza.

Llegan fechas entrañables, donde los tuyos los quieres tener cerca, ha ellos se va la primera lágrima, -Tendrá que se así-. Su voz, sus palabras, su presencia, su sin importancia. Que grande se ha hecho en el corazón y que tristeza arranca entre estas lágrimas.

Un año más y cumpliendo con la tradición, despliego papel piedra, corcho, ramas, casas y arena, donde entre sus dibujados espacios distribuyo la distintas “figuritas”, que van dando forma al tradicional “Belén” y mantienen esta entrañable costumbre familiar.

A lo lejos, apartado, (lo que me da el espacio) sitúo a los poderosos. Quiero que sus orgullos, sus codicias, sus tejemanejes e insidia queden apartados, inmóviles, pero visibles. Con el resto de figuritas me gusta crear el ambiente llano y sencillo. Quiero que el quehacer de la gente humilde sea la que de vida y destelle, por encima  de la ignominia del poder, que sobresalga la gente honrada y trabajadora. Quiero que el buenhacer, la constancia y lucha sean las que den fuerzas a este  Belén y, por supuesto, quiero tener la figuras de siempre, aquellas que nacieron en mi niñez y me dan un palpitar muy especial, porque me aportan el aroma de vida y el sabor de recuerdos.

Felicidad y año de bienes para los que sin tener que ver na
aguantan lo que otros han desaforao

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