Por fin me he decidido donde andaba de cabeza y, por fin, me he lanzado
en “intro”. Aparece una evocación al azul infinito, que me deja una amplia vía
donde esparcirme; permitiéndome tocar de aquí y de allí, con la siempre
incertidumbre de tropezar con algún nubarrón que provoque el momento incierto.
Sea ante un horizonte infinito o ante las tinieblas de los nubarrones e
incluso ante la mezcla de infinito y nubarrones, siempre aparecerá el alma de
corredor. AdC forjado en calles, parques o caminos, donde siempre los momentos
han estado teñido con un marcado sabor agridulce y con la acidez justa para
seguir soñando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario