“Verás la maravilla del Camino
camino de soñada Compostela.
¡Oh lirio y oro! Peregrino
en un llano entre copos de candela”.
Antonio Machado
Antonio Machado
Ando días dándole vueltas, me
surgen ideas y enfoques que saltan deslavazadamente, donde y desde un contenido
de emociones amplias y sorprendentes que no me dejan enderezar un único camino,
de los muchos que abrió la fascinante experiencia que supuso llevar a cabo
CXC=S. Por ello asumo el riesgo y desde un afán de síntesis trasladare la
experiencia que “los locos viejos” que
corren, así algún peregrino nos llamo y cariñosamente nos transmitía fuerza y
ánimo.
El temor que embargaba este
proyecto estaba en nuestra capacidad de resistir un día tras otros la suma de
kilómetros corriendo, dejando como posibilidad residual la experiencia que nos
podía ir envolviendo este ancestral Camino de Santiago. Sin embargo, después de
andar con mochila en ristre desde el Puerto de Piedrafita hacia el punto de
inicio, todo empezó a cambiar. Impresionante fue el ambiente que en la tarde
del día 4 bullía en O´Cebreiro, y sería al día siguiente y casi en los primeros
kilómetros, cuando nuestros miedos quedaron disipados: Correr una etapa tras
otra no iba ser ningún tipo de reto, porque el Camino por sí, añadía los
ingredientes necesarios que cualquier
avezado corredor necesita para hacerlo sin mayor esfuerzo, quedando convertidos
los 170 kilómetros de las siete etapas hasta llegar a Santiago de Compostela en
mera anécdota.
Lo que marca es hacer el Camino,
ver que cada metro que andas o corres en el Camino te va engullendo, que la individualidad
de cada persona va transformándose en una gran familia de peregrinos que van
creando el Camino y descubriendo sus arcanos.
Me podía parar en aquel primer
encuentro con la pareja de americanos. Él, fuerte, robusto, con aire de gigante
(que por su indumentaria lo ubicamos en Escocia) y, que como muchos otros, nos
vimos etapa tras etapas. Sorprendentemente, este norteamericano, a lo largo de cada
una de las etapas, siguió y siguió creciendo.
Fueron suecos, italianos,
franceses, irlandeses, japoneses,…aquel grupo de jóvenes norteamericanos
comandados por frailes, que junto con el goteo incesante de los que de
cualquier región, comarca y pueblo de España hacían que el Camino fuera
creciendo y haciendo visibles sus misterios.
Nuestro vocerío y sus ánimos se
mezclaban, mientras los kilómetros se iban asentando en los músculos, incluso
cuando en ese incesante subir, donde la siguiente curva parecía el fin de la
subida y sólo era el seguir subiendo hasta la siguiente, en esos duros momentos
siempre había alguna palabra de empuje que nos dejaba expedito cualquier obstáculo.
Cada mañana, frente a una mesa
con un sabroso desayuno, despejábamos el cuerpo, para poco a poco ir aclimatándolo
a los kilómetros que la etapa nos deparaba. Unas veces sus inicios nos
sorprendían con una inclinada subida otras nos daban cierta tregua que
favorecía un calentamiento progresivo de los músculos, pero lo que siempre
fuimos encontrando fue el calor , las fuerzas y alegría de los peregrinos, que
por aquel ir andando, iniciaban la
jornada en horas tempranas. Las comidas y los atardeceres se transformaban en
un bullir de intercambios pausados, donde las palabras nos acercaban, nos
hacían reír y conocernos.
El proyecto CXC=S creció bajo un entreno que debía afrontar las duras
jornadas kilométricas, fue tomando forma en la incorporación de novedades
tecnológicas, posibilitando acercar esta experiencia de manera casi
instantánea, durante los días de peregrinaje se fotografió y grabo (aquí se
deja constancia de todo ello) y con esto que aquí queda reflejado, se pretende inmortalizar los momentos y
aquellas gentes que haciendo el Camino allí nos encontramos, porque esos
encuentro han sido los que han hecho grande el proyecto CXC=S.
Hoy, estoy convencido de que el
Camino cada día, cada año va creciendo y sólo aquel que sigilosamente -aunque
sea a voz en grito- se adentra en Él y lo camina descubre los arcanos que
esconde en sus entrañas, porque los misterios van haciéndose visible en su
caminar y… misteriosamente te van atrayendo.
¡Buen Camino!
Gran experiencia y unas vivencias fabulosas ,envidia me dais aunque halla que atizarse ese monton de km
ResponderEliminarFederico
(Me encantan tus relatos)
No hace falta más que cuando cuadre te animes, siempre hay algo que se acomoda
ResponderEliminarSencillamente precioso.
ResponderEliminarTanto el texto, como el video, como el moviemaker son autenticas obras de arte. Se ve que está hecho con muchisimo cariño y el esfuerzo tanto de haberlo vivido como haber montado todo (videos y fotos).
Solo puedo añadir, que veros cada día correr con esa ilusión que transmitiais, hacía que para los demas tambien fuese una ilusión extra, "nos cargabais las pilas".
Fue un lujo compartir cada etapa con vosotros.
Y el año que viene que????. Nos atrevemos con el Primitivo???.
Un fuerte abrazo.
Una amiga peregrina.
Me llena de orgullo y satisfacción el ver una peregrina por este solitario camino. Muchas gracias por tus comentarios. Ayudan a que estas cuestas angostas blogeras sean más llevaderas.
ResponderEliminarVero, unas "gordas" nos devolverán al Camino.