jueves, 17 de octubre de 2013

Utreia

“Verás la maravilla del Camino
camino de soñada Compostela.
¡Oh lirio y oro! Peregrino
en un llano entre copos de candela”.
Antonio Machado
Ando días dándole vueltas, me surgen ideas y enfoques que saltan deslavazadamente, donde y desde un contenido de emociones amplias y sorprendentes que no me dejan enderezar un único camino, de los muchos que abrió la fascinante experiencia que supuso llevar a cabo CXC=S. Por ello asumo el riesgo y desde un afán de síntesis trasladare la experiencia que  “los locos viejos” que corren, así algún peregrino nos llamo y cariñosamente nos transmitía fuerza y ánimo.

El temor que embargaba este proyecto estaba en nuestra capacidad de resistir un día tras otros la suma de kilómetros corriendo, dejando como posibilidad residual la experiencia que nos podía ir envolviendo este ancestral Camino de Santiago. Sin embargo, después de andar con mochila en ristre desde el Puerto de Piedrafita hacia el punto de inicio, todo empezó a cambiar. Impresionante fue el ambiente que en la tarde del día 4 bullía en O´Cebreiro, y sería al día siguiente y casi en los primeros kilómetros, cuando nuestros miedos quedaron disipados: Correr una etapa tras otra no iba ser ningún tipo de reto, porque el Camino por sí, añadía los ingredientes necesarios  que cualquier avezado corredor necesita para hacerlo sin mayor esfuerzo, quedando convertidos los 170 kilómetros de las siete etapas hasta llegar a Santiago de Compostela en mera anécdota.

Lo que marca es hacer el Camino, ver que cada metro que andas o corres en el Camino te va engullendo, que la individualidad de cada persona va transformándose en una gran familia de peregrinos que van creando el Camino y descubriendo sus arcanos.

Me podía parar en aquel primer encuentro con la pareja de americanos. Él, fuerte, robusto, con aire de gigante (que por su indumentaria lo ubicamos en Escocia) y, que como muchos otros, nos vimos etapa tras etapas. Sorprendentemente, este norteamericano, a lo largo de cada una de las etapas, siguió y siguió creciendo.

Fueron suecos, italianos, franceses, irlandeses, japoneses,…aquel grupo de jóvenes norteamericanos comandados por frailes, que junto con el goteo incesante de los que de cualquier región, comarca y pueblo de España hacían que el Camino fuera creciendo y haciendo visibles sus misterios.
Nuestro vocerío y sus ánimos se mezclaban, mientras los kilómetros se iban asentando en los músculos, incluso cuando en ese incesante subir, donde la siguiente curva parecía el fin de la subida y sólo era el seguir subiendo hasta la siguiente, en esos duros momentos siempre había alguna palabra de empuje que nos dejaba expedito cualquier obstáculo.

Cada mañana, frente a una mesa con un sabroso desayuno, despejábamos el cuerpo, para poco a poco ir aclimatándolo a los kilómetros que la etapa nos deparaba. Unas veces sus inicios nos sorprendían con una inclinada subida otras nos daban cierta tregua que favorecía un calentamiento progresivo de los músculos, pero lo que siempre fuimos encontrando fue el calor , las fuerzas y alegría de los peregrinos, que por aquel ir andando, iniciaban  la jornada en horas tempranas. Las comidas y los atardeceres se transformaban en un bullir de intercambios pausados, donde las palabras nos acercaban, nos hacían reír y conocernos.

El proyecto CXC=S creció  bajo un entreno que debía afrontar las duras jornadas kilométricas, fue tomando forma en la incorporación de novedades tecnológicas, posibilitando acercar esta experiencia de manera casi instantánea, durante los días de peregrinaje se fotografió y grabo (aquí se deja constancia de todo ello) y con esto que aquí queda reflejado,  se pretende inmortalizar los momentos y aquellas gentes que haciendo el Camino allí nos encontramos, porque esos encuentro han sido los que han hecho grande el proyecto CXC=S.

Hoy, estoy convencido de que el Camino cada día, cada año va creciendo y sólo aquel que sigilosamente -aunque sea a voz en grito- se adentra en Él y lo camina descubre los arcanos que esconde en sus entrañas, porque los misterios van haciéndose visible en su caminar y… misteriosamente te van atrayendo.
 ¡Buen Camino!

4 comentarios:

  1. Gran experiencia y unas vivencias fabulosas ,envidia me dais aunque halla que atizarse ese monton de km
    Federico
    (Me encantan tus relatos)

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  2. No hace falta más que cuando cuadre te animes, siempre hay algo que se acomoda

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  3. Sencillamente precioso.
    Tanto el texto, como el video, como el moviemaker son autenticas obras de arte. Se ve que está hecho con muchisimo cariño y el esfuerzo tanto de haberlo vivido como haber montado todo (videos y fotos).
    Solo puedo añadir, que veros cada día correr con esa ilusión que transmitiais, hacía que para los demas tambien fuese una ilusión extra, "nos cargabais las pilas".
    Fue un lujo compartir cada etapa con vosotros.
    Y el año que viene que????. Nos atrevemos con el Primitivo???.
    Un fuerte abrazo.
    Una amiga peregrina.

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  4. Me llena de orgullo y satisfacción el ver una peregrina por este solitario camino. Muchas gracias por tus comentarios. Ayudan a que estas cuestas angostas blogeras sean más llevaderas.
    Vero, unas "gordas" nos devolverán al Camino.

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