miércoles, 2 de octubre de 2013

Expatriaos


Tengo un recuerdo muy vago de aquellos tiempos en los que en una España de menos colorido, donde la austeridad y lo justo para vivir y sobrevivir parecía estar asentado en la generalidad de hogares. Aquellos tiempos donde muchas de las familias, sobretodo el cabeza de familia emigraba para hacer “las alemanias”.

Aquellos tiempos, ya pasados, guardan, todavía hoy, un oculto nudo en mi estomago. Esa sensación de ver como amigos y gente de mi alrededor tenían a sus padres lejos muy lejos, y siempre bajo la tensa espera de que algún día volverán. Hoy aun permanece en mí la extraña sombra de, en aquella niñez, haber soñado o quizás haber escuchado, en ajenas conversaciones, que esa posibilidad se podía haber también asentado en mi familia.

Pasaron los años, y casi por el arte de” birlibirloque”,  nos encontramos en un país de grandes cambios y transformaciones, donde se presumía que el emigrante podía regresar a una Nación prospera y de futuro. Unos aprovechando oportunidades, otros subiéndose a la cresta de la ola y otros madurando sobre profesiones con mayor o menor suerte elegida, pero al fin y al cabo todos pensando que  la calidad de comodidades y vida sólo auguraba un mejor futuro, donde el pasado sólo quedaba en pasado.

Haciendo un paréntesis, antes de dar el salto de aquellos emigrantes a los actuales expatriados,  para remarcar que esta es la primera entrada en mi blogger personal: Alma de Corredor, y es mi deseo dedicársela a los EXPATRIADOS que hoy están forzosamente repartidos por cualquier lugar del mapamundi, menos  en ese pequeño punto que los pario: España.

Sí en aquellos años 60, donde la emigración de tantos españoles supuso un importante aporte de divisas al territorio español, para asentar las bases de una futura España de crecimiento. Aquel esfuerzo junto con otros, todos ellos de personas normales y corrientes, hoy  lo hemos lapidado. No hemos sabido, aprender de aquel esfuerzo para que hoy los nuestros: Padres o hijos, obtengan el sustento en la España que los vio parir.

No entiendo de datos macroeconómicos, al ser de tierra llana como La Mancha. No sé lo que significa “ver la luz al final del túnel”, sólo sé que al atardecer puedes ver  unos impresionantes juegos de luces en las Lagunas de mi pueblo, Villafranca de los Caballeros, que te dan esperanza. Sin ánimo de extenderme en esto decir, que los jóvenes, que la inmensa mayoría de nosotros nos hemos sacrificado para (algo matenemos de aquellos mayores), seguir insistiendo en lo que a mosotros nos insistieron: “estudia y prepárate para el día de mañana”. Hoy presumimos de poder aportar una juventud “muy bien preparada, altamente cualificada y con inmensas ganas de rentabilizar sus conocimientos”, pero para nada esos jóvenes, que también conocen el valor del sacrificio, se lanzan al extranjero por impulso aventurero, sí que es un sinsentido de aventura el esfuerzo que han de hacer para obtener lo que aquí, en la Tierra que los pario, se les niega; convirtiéndoles en expatriaos.

El sonido del wasap, la imagen del skype y un sinfín de tecnologías, hoy nos aferran a los miedos de la distancia, incluso parecen querer ocultar las sombras de temores que marcan las ausencias, pero es cierto, que con la llegada del silencio de la noche y su hueco susurrante, bajo un juego de sombrar sólo se logra sentir el abrazo frio del último mensaje y la esperanza petrificada de su última imagen con la esperanza de que con la primera luz de la mañana nos diga que esta Tierra que los ha pario algún día sienta vergüenza de la frivolidad con la que ha tratado su duro pasado.

Triste frivolidad que está escribiendo para la historia la vergüenza de formar expatriados, por negarles un futuro la tierra que los vio parir.
JMR

2 comentarios:

  1. Bonita dedicatoria paisano. En cuanto disponga de cinco minutos te enlazo a mi blog. Aquí tienes a tu seguidor número 1.

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