jueves, 19 de marzo de 2015

19 de marzo


Paseando por Lagunas de Villafranca de los Caballeros

Puesta de Sol en las Lagunas de Villafranca de los Caballeros

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lunes, 16 de marzo de 2015

Nieve entre las zapatillas


Mil y una información, así es el continuo de una gran ciudad, sin embargo, a veces, la ciudad te ofrece a tiro de piedra un espectáculo único, que sólo requiere algo de ti. ¡¡Ganas!!.

Con el tiempo adquieres la facilidad mental de espulgar, las mil y una información, para quedarte con las justas y necesarias para tu devenir diario. El hecho de que se haya convertido en hábito, no significa estar exento de esfuerzo y cansancio. La `prueba es que si por un casual, esa “mochila” tienes ocasión de descargarla, el paso se convierte en algo más vivo, alegre y despreocupado.

Buscar la ocasión y romper lo cotidiano, te dan oportunidades únicas, y a veces sólo están a tiro de piedra de la gran ciudad. Espacio y aire, un lugar donde la grandeza de la montaña se hace más inmensa, si cabe, al calzar unas zapatillas y correr, porque el correr te traslada por lugares inigualables.

Así todo ocurrió la tarde de un  4 de marzo de 2015, donde el pico de Peñalara no resistió a nuestro esfuerzo entre nieve “papucha”, en la que a cada zancada nos ofreció un espectáculo inigualable.

¡Ven! ¡Corre! y lo verás.

Nota de interés: No olvides llevar unos calcetines y zapatillas para los despueses. ¡Ah! y la comida para las 9,00 horas tarde-noche, no hay otra.

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lunes, 9 de marzo de 2015

Correr

Envuelto en capas, a modo cebolla, iba pataleando mi circuito habitual. Por cada resquicio que dejaba mis ropas, por ahí, con interés y ganas se colaba con poderío  el frío. ¿Cuántas son las veces que pienso? Para  que salir a correr hoy con la que está cayendo, pues quizás mañana sea otro día.

Porqué elegir hoy, para correr entre las condiciones más duras, si mañana serán mejores. Aquí está la clave del correr: Hacer del correr una rutina y con ello conseguir un hábito intrínseco a tu yo. En fin tener la capacidad de imbricar el filosofar del doble Yo (el mental y el físico) para arrastrarlo hacia tu equilibrio perfecto.

Para que todo esto, si a lo que me quiero referir es la simpleza  del correr. Es decir la actividad más insulsa y sin sentido, aquella que en otro tiempo  no se le encontraba una lógica explicación.  Entonces éramos cuatro más el del tambor.

Si alguna vez tuve que echar una mano en las tareas del campo, porque provengo de gente de campo, pues parejo a las viandas iba el macuto deportivo, para finalizado las tareas, tirar de zapatillas e ir para el pueblo.

Más tarde y especializado en el correr popular, aprovechaba mi ir y venir de la ciudad al pueblo, para bajarme del tren unos kilómetros antes, Villacañas o Alcázar de San Juan, coger carretera y manta y ¡Alé! Para Villafranca de los Caballeros corriendo. Otras y aprovechando los días de asueto de Semana Santa me metía en penitencia un Villafranca, Herencia, Alcázar y Villafranca, A veces hasta deseaba este circuito por disfrutar de compañía que bien me acompañaba en bicicleta.

Mucho y demasiadas cosas han pasado desde entonces, pero de todo ello me quedo con lo que después de tantos cambios, circunstancias y el inexorable paso del tiempo me ha dejado: Seguir corriendo.

Ahora no estoy sólo, ahora no soy un extraño, ahora no es una locura, … ahora es… ¿un fenómeno de masas?.  Tal vuelco ha dado esto del correr que, después de aquellos maravillosos años locos del correr sólo, hoy me atreva a filosofar, mientras voy corriendo,  en este  “tiemporamental” día de perros.


He dicho rutina, he dicho hábito e incluso doble Yo para con esto filosofar, cuando sólo quería decir “tirando del hilo se saca el ovillo” o “dime como corres y te diré quien eres”, así pudo ser que a lo lejos, Juanan me diera un bocinazo y entre alegría de vernos, allende los mares de más allá de nuestro Terruño, me dijera –Te he visto a lo lejos, pero por la forma de correr sabía que eras tú-. Yo iba trontoneando enfundado cuerpo y cabeza, porque frío hacía un poco bastante, pero claro aunque “la mona se vista de seda mona se queda”.

NOTA: De estos tiempos de atrás, donde el viento y frío mandaban. Las fotos corresponden con el Camino de Santiago 2014.

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martes, 3 de marzo de 2015

Donde la montaña decide


¡Ansiaos!, unos más, otros menos, por una causas o por otras o por ninguna, el caso es que  nos juntamos doce para aprovechar la benignidad que se anunciaba para el fin de semana.

Si en el estacionamiento de la Barranca arreciaba un cierto viento soportable, la cumbre de la Maliciosa se mostraba con un fondo imponente y despejado. Sólo era subir, pisar nieve y ver vistas de altas cumbres.

Cramponeados, por fin todos, comenzamos a tomar  presto el collado, mientras un despliegue táctico de nubes y nieblas bajas, nos "arrodean" por la retaguardia, sigilosamente entran desde la Bola.

Prisas y ritmo diferentes cuartean el grupo, al fondo la Mali escondida entre ráfagas de intermitentes bandas de nieblas, que parecen darte un respiro de referencias. 

Es simple estratagema de añagaza, que busca aglutinar para lanzarse en gigantesca furia.

Con zarpazo certero toman las cumbres y rodean las alturas, tal argucia borra las referencias generando dudas y temores, al mismo tiempo tentáculos despavoridos de ventiscas azotan por doquier, tratan de diezmar al aturdido ejercito invasor.

El crujido rompiente del hielo-nieve rompe el murmullo silencioso.

 Si entre dos puntos su línea recta es la distancia más corta, ante esta tenaz batalla de nieblas en las cumbres la dirección precisa es entrar en bajada.


¡Claro!, si Fran tira de gps y en un respiro volvemos a contar: uno, dos, tres,…..y doce ¡Estamos todos!, seguimos la línea que nos devuelve a nuestro destino.


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lunes, 23 de febrero de 2015

En una ciudad o en otra


He adquirido cierta habilidad en hacer la maleta. En cuestión de na, la maleta está preparada para viajar, siempre, al menos, lleva unas zapatillas y con ello sé que tengo que buscar un hueco para calzarlas.

En la mayoría de los casos tempranamente o tardemente, en pocas ocasiones a la luz de día, pero siempre me da la oportunidad de surcar la ciudad furtivamente. No soy turista ni corredor de la ciudad, soy un extraño de paso que aprovecha la única oportunidad de ese instante para hurta unas fotos rápidas, en muchos de sus momentos, en las horas inciertas del silencio de la ciudad que comienza su sueño o inicia su despertar.


Al final son la agradable instantánea de una larga jornada. ¡Dichosas zapatillas!
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miércoles, 18 de febrero de 2015

Time Lapse


Foto Extraída del  Recién estrenado
Monumento a la Fiesta de las Ánimas
Campanillera, -¡Las Ánimas Benditas te lo paguen!
Vecina, -Y a ti los pasos-

Así la mañana de un día y de otros, desde el 25 de diciembre hasta la Fiesta de Ánimas. Llueva o haga frío, el soniquete de campanillas, puerta a puerta, van marcando el imparable paso del tiempo a la Fiesta de Ánimas.

Fiesta de Ánimas y Carnaval, un lugar de encuentro donde lo profano y lo religioso, se cruzan y conviven. Es el tiempo donde fluyen incesantes apreturas. El tiempo se condensa con prisas desaforadas,- Vamos ya, que se nos hace tarde-. En otrora eran apreturas, hoy time lapse.

Time Lapse o el tiempo entre apreturas
Por un lado luchan sin cuartel don Carnal y doña Cuaresma, exceso y abundancia frente al equilibrio y sensatez. Entremedias de esta batalla carnavalesca de desenfreno, fluye un ancestral rito religioso, donde una estructurada simbología acompasa ritos que cada año brotan de las entrañas de cada rincón del pueblo. Saludas, sonidos, Capitana Mayor y Menor, guiones, pajes, pasos, calles, volteo de banderas, Visperas, puñao,… Incesante sonido de Ánimas que impregnan casa, calles y plazas.

Tradicional Ofertorio de las Mayordomias
Ánimas y Carnaval, religioso y profano, ritos y mascaras, sonido y olor que traen el pasado para vivir el presente. Es Villafranca de los Caballeros con su raigambre, única, exclusiva y peculiar, donde aun sin llegar a entenderlo “recebo gusto en oíllo”.

Año 2015, año primero de Fiestas de Interés Turístico Regional Fiesta de Ánimas y Carnaval en Villafranca de los Caballeros, donde una Rúbrica se ha puesto a la firma incansable de un pueblo en mantener sus peculiares tradiciones.
¡Buenos días!
“-Y a vos, ¿qué os parece, señora doncella? – dijo el cura hablando con la hija del ventero.
-No sé, señor, en mi ánima- Respondió ella-, también yo lo escucho, y en verdad que, aunque no lo entiendo, que recebo gusto en oíllo;”
(Miguel de Cervantes en Don Quijote de La Mancha)

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lunes, 9 de febrero de 2015

A los 55


Bien temprano, como cualquier día de esta dura e interminable cuesta de enero, nos dirigimos en contra del transitar del tráfico. ¡Vamos a Cotos!.

Es miércoles de un 28, a pesar de encontrarnos en el ecuador semanal laboral, los parking de Cotos y Valdesqui , van ocupándose.

Enero en sus finales regala una excelente “ventana” de buenas condiciones climatológicas y así se siente en plena sierra de Guadarrama. Desde el parking de Cotos, pasando por la venta de Marcelino, enseguida enfilamos el camino hacia Peñalara. Poco menos de un kilómetro nos desviamos hacia la derecha: La laguna Grande.

Hoy vamos a subir corredores, pero con un seguro: Roberto.

Cuerdas, casco, crampones, arnés, mosquetones, piolet, diversos cachivaches de aseguramiento,… y algún que otro consejo de Roberto –Aquí, vamos sin prisas-.

Desde la laguna Grande enfilamos el corredor principal (11), la nieve es abundante y a pesar de
seguir las huellas, no deja que de vez en cuando te metas hasta la rodilla. A mitad del camino giramos a la izquierda y nos metemos en el tubo conocido como el Robot con una inclinación de 60 grados.

Roberto
El Robot es un estrecho canal que nos recibe con un diedro rocoso y después algo de hielo. El final del Robot nos deja sobre el canal del Ceja, pasamos por una pala de nieve y giro a la izquierda y entramos por un nuevo tubo estrecho e inquietante que nos lanza hacia Hermana Mayor.  Vamos despacio, siempre Roberto haciendo de lanzadera, asegurando con cuerda y puntos de seguridad.

Nos encontramos en el Pico de Hermana Mayor  (2.284 metros).  El viento arrecia y con una experiencia apasionante que sólo ha sido posible por conocimiento y saber de Roberto.
Desde la salida hasta este momento hemos perdido la noción del tiempo, sólo el cóctel de Sol y Montaña han sido capaz de marcar un ritmo lento y sosegado, llevándonos al disfrute con una pizca de adrenalina. ¡Ahora!, toca lo que toca.


Son las 15,00 horas, en la mesa una fresquita cerveza y un bocadillo de chorizo frito.
Al fondo Peñalara
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