lunes, 9 de marzo de 2015

Correr

Envuelto en capas, a modo cebolla, iba pataleando mi circuito habitual. Por cada resquicio que dejaba mis ropas, por ahí, con interés y ganas se colaba con poderío  el frío. ¿Cuántas son las veces que pienso? Para  que salir a correr hoy con la que está cayendo, pues quizás mañana sea otro día.

Porqué elegir hoy, para correr entre las condiciones más duras, si mañana serán mejores. Aquí está la clave del correr: Hacer del correr una rutina y con ello conseguir un hábito intrínseco a tu yo. En fin tener la capacidad de imbricar el filosofar del doble Yo (el mental y el físico) para arrastrarlo hacia tu equilibrio perfecto.

Para que todo esto, si a lo que me quiero referir es la simpleza  del correr. Es decir la actividad más insulsa y sin sentido, aquella que en otro tiempo  no se le encontraba una lógica explicación.  Entonces éramos cuatro más el del tambor.

Si alguna vez tuve que echar una mano en las tareas del campo, porque provengo de gente de campo, pues parejo a las viandas iba el macuto deportivo, para finalizado las tareas, tirar de zapatillas e ir para el pueblo.

Más tarde y especializado en el correr popular, aprovechaba mi ir y venir de la ciudad al pueblo, para bajarme del tren unos kilómetros antes, Villacañas o Alcázar de San Juan, coger carretera y manta y ¡Alé! Para Villafranca de los Caballeros corriendo. Otras y aprovechando los días de asueto de Semana Santa me metía en penitencia un Villafranca, Herencia, Alcázar y Villafranca, A veces hasta deseaba este circuito por disfrutar de compañía que bien me acompañaba en bicicleta.

Mucho y demasiadas cosas han pasado desde entonces, pero de todo ello me quedo con lo que después de tantos cambios, circunstancias y el inexorable paso del tiempo me ha dejado: Seguir corriendo.

Ahora no estoy sólo, ahora no soy un extraño, ahora no es una locura, … ahora es… ¿un fenómeno de masas?.  Tal vuelco ha dado esto del correr que, después de aquellos maravillosos años locos del correr sólo, hoy me atreva a filosofar, mientras voy corriendo,  en este  “tiemporamental” día de perros.


He dicho rutina, he dicho hábito e incluso doble Yo para con esto filosofar, cuando sólo quería decir “tirando del hilo se saca el ovillo” o “dime como corres y te diré quien eres”, así pudo ser que a lo lejos, Juanan me diera un bocinazo y entre alegría de vernos, allende los mares de más allá de nuestro Terruño, me dijera –Te he visto a lo lejos, pero por la forma de correr sabía que eras tú-. Yo iba trontoneando enfundado cuerpo y cabeza, porque frío hacía un poco bastante, pero claro aunque “la mona se vista de seda mona se queda”.

NOTA: De estos tiempos de atrás, donde el viento y frío mandaban. Las fotos corresponden con el Camino de Santiago 2014.

Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario