lunes, 23 de marzo de 2015

Invernal en los Pirineos



Tras varios cambios, al fin se pone hora y fecha, a pesar de que desde meteoblue, da temperaturas extremas, nieve y ningún sol sobre la Brecha de Rolando.

Los preparativos
El Objetivo es dormir en Torla, puerta del Parque Natural de Ordesa, para desde  San Nicolás de Bujaruelo inicial el ascenso hasta el refugio de Sarradets , donde tras una primera noche, introducirnos en la Brecha de Rolando, cumbrear el Taillón y el Casco, descansar de nuevo en el refugio, para el día siguiente volver a San Nicolás de Bujaruelo.

Desde el primer momento los altos del `puerto de Bujaruelo se encontraban totalmente tamizados de blanquezinas nubes, con cierta esperanza de  encontrarnos unas temperaturas primaveras, seguimos el ascenso. Primero entre senderos hechos riachuelos del deshielo, tras salvar algunos neveros, la caseta de las eléctricas nos da un corto respiro. Aquí el ascenso se vuelve duro y empinado. Si el ir abriendo huella hace dificultoso el ascenso, su inestable solidez va provocando incómodos hundimientos que obligan a tirar de cuádriceps.

Al fondo Puerto de Bujaruelo
Puerto de Bujaruelo, hacia abajo nos deja un tremendo valle  de fondo despejado y soleado, y a partir de aquí, tras alguna inquietante duda, nos ofrece un nuboso muro en el que decidimos adentrarnos en sus espesuras, abandonando cualquier tipo de referencia y dejando como única guía el imprescindible gps.

La extraña sensación de ir andando en paso casi ciego nos invade, al limitar la visión a escasos metros, intuyendo que sobre nuestro margen izquierdo sólo nos ampara una empinada bajada, hace que la prudencia en el andar sea lenta y aseguradora.

A la derecha  sensación de impresionantes paredes a la izquierda infinitas bajadas. En un instante un objeto oscuro inicia un rápido descenso que rápidamente se pierde en la  espesura de la niebla ¿Qué es? ¿De quién es? ¿Cómo se ha caído?. Quizás algún día, otro tendrá en sus manos una navaja multiusos que a buen seguro guardara como gran tesoro.

La extraña sensación de andar entre la espesura de la tinieblas ralentiza el tiempo de paso, aumenta una sensación de lucha en la cabeza, para entender que lo único seguro son los tres pasos que te separa del que sigues.

La nieve en polvo ha ido en aumento, pocos han sido los momentos en los que una capa de nieve consistente asegurará nuestros pasos, Así y sobre las 15,30 horas
Cramponeados
estamos a pie del collado de Sarradets, a la derecha se sitúa una infranqueable pared y al fondo… no se logra ver absolutamente nada. Iniciamos el ascenso del collado. La nieve en polvo no facilita el ascenso. Los camprones nos entran hasta la rodilla, las raquetas se muestran inseguras,… es el momento de decidir.

No ha dejado de caer una fina nieve, que aunque va borrando nuestras huellas, todavía, ténuemente, nos marca la vía de salida. Lentos, pero sin pausa, iniciamos un regreso  pesado pero con la certeza de que es lo que debemos de hacer, porque no estamos obligados a más.

Fuimos tres: Roberto, Bienve y Julián. Regresamos tres para contarlo.
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