He adquirido cierta habilidad en
hacer la maleta. En cuestión de na, la maleta está preparada para viajar,
siempre, al menos, lleva unas zapatillas y con ello sé que tengo que buscar un
hueco para calzarlas.
En la mayoría de los casos
tempranamente o tardemente, en pocas ocasiones a la luz de día, pero siempre me
da la oportunidad de surcar la ciudad furtivamente. No soy turista ni corredor
de la ciudad, soy un extraño de paso que aprovecha la única oportunidad de ese
instante para hurta unas fotos rápidas, en muchos de sus momentos, en las horas
inciertas del silencio de la ciudad que comienza su sueño o inicia su
despertar.
Al final son la agradable instantánea
de una larga jornada. ¡Dichosas zapatillas!
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