jueves, 28 de noviembre de 2013

El Maestro del Prado

 Con un cierto sabor agridulce, donde un cúmulo de datos, que entrelaza pintores, reyes o poderosos con el submundo de fronteras para poder traspasar de un lado al otro, sin olvidar las predicciones escondidas entre lienzos que pasan  desde Rafael Sanzio a Leonardo Da Vinci o El Bosco, entre otros. Muchos son los misterios que esconden las tablas expuestas en la gran pinacoteca del Museo de Prado.

“El buen maestro llega sólo cuando el alumno está preparado”, es en ese momento cuando se comienzan a destapar los secretos del Prado, y comenzamos a descubrir junto con Javier Sierra un museo predictivo.

La fascinación de ver las pinturas desde una perspectiva escudriñadora, no ha evitado  momentos, casi angustiosos, que me sacaban de la lectura. Los datos y más datos que el misterioso maestro Fovel  maneja me pierden y no me hacen sentirme cómodo, otras me agarran al misterio descriptivo de los signos que se muestran en cada lienzo y siento la necesidad de observar, meterme  y escudriñar los cuadros que inocentemente se exponen en las paredes del Museo del Prado.

Una novela que la siento en altibajos, donde poco a poco se va descubriendo al enigmático maestro y en el momento final, cuando esperas la pregunta directa para una respuesta directa, simplemente no aparece.

Mi consejo es que si decides entrar en esta extraña aventura, coge lápiz y papel y comienza a enlazar con un diagrama relacional a los dos Jesús, la lanza de Longinos, el jardín de las delicias, los rosacruces, el Santo Grial valenciano, los hermanos del espíritu libre, El Greco, el triunfo de la muerte, la perla, la sagrada familia …
Aquí dejo un fragmento de El maestro del Prado (Javier Sierra):

El sueño de Felipe II. El Greco (ca. 1577).
 Monasterio de El Escorial, Madrid
“—Es cierto —asintió—. Para mí el cuadro del que te quiero hablar es, en primer lugar, la prueba de algo mucho más profundo. Algo sin lo cual la comprensión de estas obras que nos rodean sería incompleta y equívoca. El dato que pone en evidencia que Doménikos Theotokópoulos, ese al que en la corte de Felipe II llamaban «el griego», fue un miembro destacado de la confraternidad apocalíptica de la Familia Charitatis. Otro artista para el que las pinturas no eran sino depósitos de un credo revolucionario que profetizaba la llegada de una humanidad nueva y, sobre todo, una vía directa de comunicación con lo invisible. El Greco, no lo olvides, fue místico antes que pintor.

—Pero ¿qué obra es ésa? —pregunto con la curiosidad desatada por semejante revelación.

—En El Escorial todos la llaman El sueño de Felipe II. A diferencia de los Boscos, todavía está en el lugar que le asignó el Rey Prudente. Pero no la juzgues por ese nombre. Ya hemos hablado de lo que pasa con los títulos de los cuadros: ¡casi ninguno fue puesto por su creador!”

domingo, 24 de noviembre de 2013

Creciendo

Con esta entrada, nos introducimos en una nueva pestaña que quiere convertir en el alma geocéntrica de este blog. En ella se posteará todo aquello que esté relacionado con el espacio natural de referencia, atalaya que se proyecta en los actos y sentimientos de mi pueblo: Villafranca de los Caballeros.

Lo que sigue son sus primeros pasos:
  
En la mañana de un 17 de noviembre, 2013

La tierra roja dibujaba la huella del caminante. La niebla borraba los paisajes que adivinaba. El agua se dejaba cortar por las ánades que firmaban en ella con sus plumas.
(Tierra Roja)

Nunca quedaría completo el blog de Alma de corredor si pasa por alto “nuestras lagunas”. Espacio natural de profundo arraigo en todos/as los lugareños de este punto geocéntrico de La Mancha en Villafranca de los Caballeros.

Cualquiera con raíces cheleras, siempre que sitúa su procedencia, liga tres lugares: La Mancha – Pueblo – Lagunas. Un Villafranquero de Villafranca de los Caballeros nace bajo el marchamo de singularidad diferenciadora: “Nuestras Lagunas”.

Nuestras lagunas, bajo un concepto profundo de protección, no de posesión. Donde a veces los distintos enfoques internos, parecen trasladar ideas contradictorias sobre nuestro espacio natural. Pero es su historia, es su vinculación y los datos  contractados los que proyectan un mensaje indubitado: El chelero/a defiende y presume de sus lagunas, como elemento indivisible de su lugar y forma de vida.

Movimientos sociales, plataformas, incluso desde la esfera individual cualquier chelero/a siempre hace estar presente sus lagunas como constante interior enérgica y viva.

Bajo esta perspectiva alma de corredor las quiere hacer presente con el titulo: “Nuestras Lagunas”.

Cada mañana de invierno un telón impenetrable
esconden Nuestras Lagunas.
En la cabecera de la portada he añadido unos versos del libro de poemas “Versos de Fe y Gratitud” de un gran hombre, que cada año pasaba sus veranos en Villafranca de los Caballeros (en la calle la Virgen existe una placa en su memoria). Esta gran persona, que desde mi niñez me infundía una gran admiración, al ser un ejemplo de resignación y lucha por crear desde la imaginación y la palabra. Felipe Gallego, cada verano, anexionado a una cama, era trasladado a Sus Lagunas. Allí, en sus orillas, contemplaba este punto geocéntrico de La Mancha, Nuestras Lagunas.

Que mejor que para iniciar esta parte del blog, con el nombre de Nuestras lagunas, que sea en la memoria de esta gran persona Felipe Gallego Chacón, El Poeta Postrado, y un reconocimiento para aquella Casa que cada verano cariñosamente lo acogía.

martes, 12 de noviembre de 2013

Poquito a poquito

Paso a  paso y poco a poco vamos avanzando.  Las ideas fluyen más rápidamente que mis conocimientos en esta labor tecnológica-bloggera, pero con las ayudas de unos y mi buceo en la maraña de red de redes algo logro avanzar.

He añadido una pestaña  de mis videos en el que encontrarás todos aquellos montajes que he realizado y espero ir aportando alguno más, también he creado una pestaña en la que se enlazaran todos mis comentarios sobre mis lecturas.

A parte de situar en sitio privilegiado el enlace del CA las Lagunas de Villafranca y la página web chelera de referencia el tío Cazuela, hago una nueva incorporación que es “Camino de Santiago CXC=S”, un proyecto que de ser ilusionante ha pasado a ser una experiencia  apasionantes. Esta página recoge, desde el punto de vista personal, en documentos pdf las distintas etapas con comentarios personales, pero con la finalidad de facilitar, aquel que desee adentrarse en el Camino, información práctica para recorrerlo.

Sigo caminando, aunque sea poco a poco y con algún susto que otro.

jueves, 7 de noviembre de 2013

¡Cuidado!... veo fantasmas

Ganadora concurso fotografía Carrera Ávila Solidaria 2013
El atleta sea del nivel que sea, ande, corra o vuele, da igual; siempre da lo más de sí en una carrera. Es competitivo, porque las pruebas que participa, son competitivas; prueba de ello es que al final existe una clasificación, con más o menos categorías, pero todas reflejan desde el primero hasta el porras.

Lo que diferencia a todos y cada uno de los atletas que allí concurrimos es la actitud metal. Quizás, ahí está la diferencia, en el momento  de mirarse en el puesto de clasificaciones, porque cada clasificación con su tiempos tiene un valor subjetivo que es de ese y sólo ese que ha corrido y el puesto y el tiempo sólo a él le pertenece, ajeno a cualquier otro comentario.

Lo cierto es, que en la etapa de máximos, cuando uno va a más y quiere lo más, se vuelve un escrupuloso de los entrenos. El crono, el entreno y la exigencia son todo, porque está en el momento sublime. Este estadio del atleta, es el envidiable. Yo particularmente lo admiro y envidio. Es aquel momento, como me decía un buen colega, que me adentro en este mundo corredor, -la victoria sólo es victoria cuando vences a tu” enemigo”, cuando éste está en su mejor momento-.

Este estadio,  SUBLIME, es tan exigentes que puede ocurrir como aquel otro colega que hacía unos entrenos próxima a las mejores figuras, su tabla era de “acojone”, pero… cuando el día de la competición llegaba, siempre, mejor dicho, casi siempre la presión e incluso la fuerza que tenía le agotaba sin obtener el resultado previsto, aun así en la maratón de Madrid andaba por las 2,30 horas. No obstante todos los que por esos tiempos les rondaban o lo bajaban, tenían el mal del fantasma: Ando con una pequeña molestia en los aductores, el músculo tal o el pascual siento un pequeño tirón,… la noche, la cena, un sinfín de peros, de cuestiones y de impedimentos, que cualquier nobel en este ambiente lo único que podía llegar a pensar que en esta carrera de “lisiaos” me voy a estrenar con primus- podium.

Maratón Internacional Costa de Calviá 1989
Pero yo aquellos los admiraba, sabía que eran todo nervios, todo entrega. Eran capaces de soltar vomitonas un minuto antes del pistoletazo de salida y un minuto después salir disparados como alma que lleva el diablo. Su carrera nunca la vi, siempre andaba algo rezagado de aquella marabunta, que siempre daban todo, el máximo en cada carrera. Durante el recorrido su fibrosa figura les hacía pasar como espectros. Raudos, veloces, como un torbellino. Dejando en el aire la figura fantasmal, que sólo pasado la línea de meta se tornaba humana, de tonos agotadores, donde la extenuación se extendía en la gloria de haber arañado un segundo al crono, otras veces cercano a los primeros y otras en gloria del pódium.

miércoles, 30 de octubre de 2013

El tiempo entre costuras

Tendría que retroceder años y años para recordar el seguimiento de una serie televisiva, por mencionar algunas: El virginiano, bonanza, el santo, el granjero último modelo,… acercándome un poco más diría la barraca o cañas y barros. Esto parece ser extraño, pero hace mucho, mucho tiempo que deje de engancharme a una serie, quizás una que me cautivo unos cuantos capítulos fue cuéntame cómo paso, incluso recuerdo comprar un cd de su música.

Dos circunstancias han influido en que no llegue a conectar con  esto de las series televisivas (A pesar de su influyente marketing). Una ha sido las distintas variaciones de horarios para desarrollar mi trabajo, incluso mi inmersión en hacer algo más, la otra ha sido esto de amplitud de canales y su manejo de publicidad, haciendo interminables y alargando hasta horas no acta para madrugadores. Esto que digo, ha tenido una consecuencia, creo, que altamente positiva, que es que me he ido sumergiendo de manera “trontona” en el apasionante mundo de los libros. No devoro horas y horas de lecturas, porque no las dispongo pero, cada día un mínimo hueco tengo, y en las mayoría de los casos me sirve de excusa para estar a la hora adecuada metido en el “sobre” `perdiéndome en el bosque de las palabras.

Procuro leer libros de novela histórica, me inclino por aquellos espartanos, romanos, algo del medievo, que siempre intercalo con libros más de moda (las sombras de Grey), sin dejar de lado aquellos que están relacionado con el correr: Nacidos para correr, patrullando con Filípides, ¿dónde está el límite?, el ejercito iluminado, el corredor nocturno, la pasión de correr, etc.

Este verano y de manera seguida he leído una trilogía, nunca lo he hecho seguido. Publio Cornelio Escipión de Santiago Posterguillo me engancho de lleno (Africanus, las legiones malditas y la traición de Roma), recomiendo su lectura de esta interesante trilogía-posterguillera. El caso es que aprovechando para desconectar me lance a leer El tiempo entre costuras. ¡Claro!, que conociéndome en mis lecturas, donde el sonido de las espadas o las maniobras guerreras de aquellos grandes generales y mejores estrategas de todos los tiempos: Escipión y Aníbal, pasar a leer El tiempo entre costuras de María Dueñas, mi mujer me vaticino – ande vas con eso, ¡que no te va a gustar-.

Reconozco que pensé que eso de hablar de puntadas, hilvanes o dobladillos casi que me iba a costar engancharme. Desde las primeras letras sentí un torbellino, creo que no había noche que no alargara un poco más de la cuenta la lectura, porque hablar de preguerra, desde el submundo de los que sólo lo sufrían, es hablar de gente anónima, gente que al sufrir el día a día se le  añade un mundo enmarañado por disputas que los fue abocando hacia su propia autodestrucción.  Entre medias de este panorama aparece Sira, que bien por eso del santoral le pudo caer Gaudenia o Sabiniana.

Sira aparece, donde le corresponde, un barrio cualquiera, donde “un ambiente de ropa tendida, olor a lejía, voces de vecinas y gatos al sol”.

Aquella época donde, los sin posibles, una vez aprendidas las cuatro reglas comenzabas de aprendiza. Inicio de puntadas, bajos, esperar el amor, los hijo y que todo siga. Sin embargo serán las decisiones las que inexorablemente le vayan marcando su destino. “Atrás deje para siempre mi barrio, mi gente, mi pequeño mundo”.

A partir de dejar aparcada aquella Olivetti, comienza una trepidante secuencia de capítulos que le llevarán a Tánger, Tetuán, Madrid, Lisboa. Saltando de rica a pobre, de una esperanzadora vida de futuro a tener que hacer “el esfuerzo inmenso que a diario aún tenía que hacer para superar poco a poco mi tristeza”.

El tiempo entre costuras, su protagonista es una mujer, desde ahí que tenga unas connotaciones de lucha desde la inferioridad y desde la dificultad, surgiendo esa estirpe de mujer valiente y luchadora, con capacidad de abrirse paso en la vida a pesar de las dificultades. Conseguir la máscara que esconde los sufrimientos, es lo que hace aparecer una Sira capaz de “ofrecerles lo que quieren: ostentación, lujo, frivolidad absoluta, como si el mundo fuera un salón de baile y no el sangriento campo de batalla en el que ellos mismo lo han convertido” y ella en ese escenario “tenía un cometido, un compromiso: un papel que sumir, una imagen que proyectar y una tarea de la que ocuparme”.

Parece ser, he oído algo de que se ha estrenado una serie, según ruidos con gran éxito y un Share de impresión, lo seguro es que la secuencia de imágenes irán dirigiendo al televidente donde el interés comercial lo tenga programado. Será fácil, no habrá que descubrirlo, irán ofreciéndolo en interesantes monodosis. Será sencillo, porque no habrá que escudriñar entre el inmenso bosque de las letras, para con ellas seguir fabricando  escenarios e hilantes historias que te sumergen en una fantasía de la realidad.


El  tiempo entre costuras  de María Dueñas nos acerca un poco más a la mujer de barrio, en un
escenario de revueltas y prebélico, pasando por una guerra civil y mundial, que se desenvuelve entre el mundo de la pobreza y el placer, los lujos y el exotismo africano, donde aparecen personajes como el cuñadísimo o el coronel Beigbeger. Mezcla de ficción y realidad hace que sea una novela que merece la pena perderse en sus 640 páginas, porque de ella quizás algún día veas un estreno de Casablanca. Mientras tanto dejo un retazo “Por primera vez en mucho tiempo, tal vez por primera vez en toda mi vida, me sentía orgullosa de mi misma. Orgullosa de mis capacidades y de mi resistencia, de haber superado airosamente las expectativas que sobre mí existían. Orgullosa al saberme capaz de aportar un grano de arena para hacer de aquel mundo de locos un sitio mejor. Orgullosa de la mujer que había llegado a ser.”

jueves, 24 de octubre de 2013

Cumpleaños


Existe un cumpleaños por antonomasia, al menos que la mayoría de las culturas de este mundo mundial  celebran, que es la llegada del año nuevo en el día de San Silvestre. Este año que va llegando a su fin, con un acabado 13, alguna dura mella personal ha dejado. Pero quiero hablar de cumpleaños-celebración para seguir sumando. Celebramos nuestro nacimiento, el día que nos conocimos, el que nos casamos o aquel que dio un giro a nuestras vidas. Vamos que entre el inicio y el fin de un año natural nuestras vidas se ven envueltos en un sinfín de celebraciones.

El pasado 20 de octubre, como el que no quiere la cosa, y casi sin mirar mucho para atrás, de temprana mañana pusimos rumbo a Baños de la Encina (Jaén). Esta vez más seguro, al menos de mi interior afloraba la pequeña seguridad que da el cumplir años y con ello el saber el terreno por el que iba a pisar.

Siempre que uno cumple años o celebra el aniversario de algo, quiera uno o no, surgen recuerdos, anécdotas, situaciones y un largo etc. que te llevan a la reflexión. En este caso, presumo de recibir vibraciones muy positiva, a pesar de suponer un radical giro de un fiel corredor urbano popular que lleva acumulado más de  6 lustros corriendo entre asfalto.

Se hace difícil reiniciarse en el correr, cuando por circunstancias te ves una larga temporada en el dique seco. Muchos son los miedos cuando recomienzas y el cuerpo vuelve a llenarse de positivas vibraciones que te quieren lanzar a más, aunque, el paso del tiempo, ha activado y las circunstancias mantienen encendido el piloto de la sensatez conservadora que te dice para que más, reforzado bajo el miedo silencioso que te retrae. Entre dudas, interiores angustias o cómodas excusas un día pruebas y sintiéndote aquel lejano mozalbete que en el sigilo del que nadie te ve: Se acerca, para, mira, se aproxima, espera y rápido cruza a la otra calle -la prohibida- y descubre un mundo, con sus riesgos, pero que abre una nueva dimensión, así hace un año cruce aquella extraña barrera.

Este pasado 20 de octubre, participe en la II Carrera por Montaña “X Tierras Bañuscas”, con ello, cumplía mi primer año en las carreras de montaña, abriendo una nueva dimensión en mi forma de practicar el correr.
Baños de la Encina es una bonita localidad dentro de Sierra Morena, junto a sus pies se encuentra el embalse de Rumblar, esta localidad cuenta con una serie de ruta por senderos que a buen seguro a nadie les deja indiferentes (por allí pululaban grupo de senderearas con bastón en mano) pero para el grupo de atletas laguneros (se incluyen familiares)  lo que allí los llevó fue el buen recuerdo del año pasado y el magnífico itinerario de montaña que tienen diseñado para todo aquel que se quiera iniciar en este “temerario” mundo de correr por la montaña.

El asfalto, durante el recorrido, sólo lo pisas a la salida y entrada del pueblo, el resto esta trazado por algo de caminos y en su mayoría sendas, alguna de ellas te llevan circunvalando el pantano. También existe un intercambio de bajadas técnicas con subidas que te dejan sin resuello, hasta arrastrar el alma por los suelos, donde algunas veces los dientes son el complemento ideal a las manos. Entre zancada y zancada se te ofrecen panorámicas que, a veces, se confunden con un trontón recuperador donde pausadamente te acerca la siguiente baja técnica con su consiguiente vertical subida. El recorrido no tiene pierde, unas excelentes indicaciones te van guiando, en caso de duda, la organización cuenta con personal que se multiplica para andar siempre dispuesto a indicarte y animarte.

Creo que lo que mejor define este recorrido es lo que personal de organización te lanzan en grito -Sí disfrutas… ¡ganas!-.

Por estar por Sierra Morena empleare la expresión: “Tirarte al monte”, siempre ha tenido unas connotaciones negativas, sobre todo ante una sociedad  estructurada bajo batuta dominante; pero es cierto que cuando uno indaga en realidades pasadas, circunstancias y motivos que lanzaron a surcar los montes, llegas a encontrar cierto romanticismo  a tal expresión.

Cuando entre los pies cruje la hojarasca, cuando el sonido amortiguado de la tierra húmeda se mezcla con el trompicón de un pedrusco camuflado y entre sufridas zancadas cruzas sombras de encinas que se abren ante vistas de valles y montes que sólo se rompe por  el placentero jadeo agotador del que corriendo se acaba de echar al monte para dejar que todos los pulmones se hinchen de aquel profundo olor de momentos únicos y diferentes, alegrándote inmensamente de haberte echado al monte y cumplir el primer aniversario de estar escondido en plena naturaleza.

Recordando a Heráclito, en su Teoría de los contrarios, sólo diré que es certeza al celebrar con optimismo mi primer aniversario de carreras por montaña -porque puedo- y entiendo que, al mismo tiempo, se abre la incertidumbre de que en algún momento se iniciará el contrario, que es el no poder, esta es la compleja realidad del Yin y el Yang.

II Carrera por Montaña "XTierras Bañuscas" (Baños de la Encina)
   -Sí disfrutas... ¡ganas!-                          

jueves, 17 de octubre de 2013

Utreia

“Verás la maravilla del Camino
camino de soñada Compostela.
¡Oh lirio y oro! Peregrino
en un llano entre copos de candela”.
Antonio Machado
Ando días dándole vueltas, me surgen ideas y enfoques que saltan deslavazadamente, donde y desde un contenido de emociones amplias y sorprendentes que no me dejan enderezar un único camino, de los muchos que abrió la fascinante experiencia que supuso llevar a cabo CXC=S. Por ello asumo el riesgo y desde un afán de síntesis trasladare la experiencia que  “los locos viejos” que corren, así algún peregrino nos llamo y cariñosamente nos transmitía fuerza y ánimo.

El temor que embargaba este proyecto estaba en nuestra capacidad de resistir un día tras otros la suma de kilómetros corriendo, dejando como posibilidad residual la experiencia que nos podía ir envolviendo este ancestral Camino de Santiago. Sin embargo, después de andar con mochila en ristre desde el Puerto de Piedrafita hacia el punto de inicio, todo empezó a cambiar. Impresionante fue el ambiente que en la tarde del día 4 bullía en O´Cebreiro, y sería al día siguiente y casi en los primeros kilómetros, cuando nuestros miedos quedaron disipados: Correr una etapa tras otra no iba ser ningún tipo de reto, porque el Camino por sí, añadía los ingredientes necesarios  que cualquier avezado corredor necesita para hacerlo sin mayor esfuerzo, quedando convertidos los 170 kilómetros de las siete etapas hasta llegar a Santiago de Compostela en mera anécdota.

Lo que marca es hacer el Camino, ver que cada metro que andas o corres en el Camino te va engullendo, que la individualidad de cada persona va transformándose en una gran familia de peregrinos que van creando el Camino y descubriendo sus arcanos.

Me podía parar en aquel primer encuentro con la pareja de americanos. Él, fuerte, robusto, con aire de gigante (que por su indumentaria lo ubicamos en Escocia) y, que como muchos otros, nos vimos etapa tras etapas. Sorprendentemente, este norteamericano, a lo largo de cada una de las etapas, siguió y siguió creciendo.

Fueron suecos, italianos, franceses, irlandeses, japoneses,…aquel grupo de jóvenes norteamericanos comandados por frailes, que junto con el goteo incesante de los que de cualquier región, comarca y pueblo de España hacían que el Camino fuera creciendo y haciendo visibles sus misterios.
Nuestro vocerío y sus ánimos se mezclaban, mientras los kilómetros se iban asentando en los músculos, incluso cuando en ese incesante subir, donde la siguiente curva parecía el fin de la subida y sólo era el seguir subiendo hasta la siguiente, en esos duros momentos siempre había alguna palabra de empuje que nos dejaba expedito cualquier obstáculo.

Cada mañana, frente a una mesa con un sabroso desayuno, despejábamos el cuerpo, para poco a poco ir aclimatándolo a los kilómetros que la etapa nos deparaba. Unas veces sus inicios nos sorprendían con una inclinada subida otras nos daban cierta tregua que favorecía un calentamiento progresivo de los músculos, pero lo que siempre fuimos encontrando fue el calor , las fuerzas y alegría de los peregrinos, que por aquel ir andando, iniciaban  la jornada en horas tempranas. Las comidas y los atardeceres se transformaban en un bullir de intercambios pausados, donde las palabras nos acercaban, nos hacían reír y conocernos.

El proyecto CXC=S creció  bajo un entreno que debía afrontar las duras jornadas kilométricas, fue tomando forma en la incorporación de novedades tecnológicas, posibilitando acercar esta experiencia de manera casi instantánea, durante los días de peregrinaje se fotografió y grabo (aquí se deja constancia de todo ello) y con esto que aquí queda reflejado,  se pretende inmortalizar los momentos y aquellas gentes que haciendo el Camino allí nos encontramos, porque esos encuentro han sido los que han hecho grande el proyecto CXC=S.

Hoy, estoy convencido de que el Camino cada día, cada año va creciendo y sólo aquel que sigilosamente -aunque sea a voz en grito- se adentra en Él y lo camina descubre los arcanos que esconde en sus entrañas, porque los misterios van haciéndose visible en su caminar y… misteriosamente te van atrayendo.
 ¡Buen Camino!