Según
los cánones, hacer el Camino es ir andando, en bici o caballo, recorriendo una
mínima distancia según la modalidad elegida en el peregrinar y, una vez en el
punto final, responder a la pregunta obligada: ¿Por qué haces el Camino? y según tú respuesta, te entregan
el título de peregrino o el certificado de turista.
A
mediados de octubre y coincidiendo con la ciclogénesis explosiva en la región
española de Galicia, de nuevo he realizado el Camino, esta vez, desde Sárria y
en cinco etapas hasta llegar a Santiago de Compostela.
Octubre
y agua, es la mezcla perfecta de un buen otoño, donde desde el verde intenso los
campos se
tornan en mil colores, donde sus tierras húmedas desprenden los mil y un olores, donde el Camino adquiere un ambiente más pausado y distante del vacacional., donde, quizás, la caída de una castaña dé un golpe certero en plena cabeza, despertándote del bucólico paisaje otoñal, dándote la oportunidad de disfrutar de la recogida de la castañas en su fiesta de “Magosto".
tornan en mil colores, donde sus tierras húmedas desprenden los mil y un olores, donde el Camino adquiere un ambiente más pausado y distante del vacacional., donde, quizás, la caída de una castaña dé un golpe certero en plena cabeza, despertándote del bucólico paisaje otoñal, dándote la oportunidad de disfrutar de la recogida de la castañas en su fiesta de “Magosto".
Marcar
un ritmo, reencontrarte con el peregrino, decir Buen Camino, parar, hablar,
seguir, disfrutar en rápidas miradas telonadas por aguas, sentir el Camino en
cada zancada, poner ritmo al cuerpo, obligarle donde pide descanso, reflexionar
entre mezcla de sudor, esfuerzo y cansancio, abrirte camino entre el olor e
imágenes, decir Buen Camino, el sabor a empanada, pulpo y castañas, entrar en la garganta la
cerveza fría, dejar el surco del orujo y el embrujo de la queimada, es hacer el
Camino,.. correr. Hacer el Camino corriendo, es conseguir las mil una
sensaciones del Camino sin ir andando, sin ir en bicicleta o a caballo, pero poder
correr por los ancestrales pasos de aquellos otros peregrinos genera un estadio
único de aquel que lo vive o lo siente, indistintamente si el peregrinar es
bajo los establecidos cánones del andar, pedalear o cabalgar.
Una
vez más me sentí peregrino.
Una
vez más fui peregrino porque viví el
Camino, eso sí, corriendo, modalidad no reconocida en este peregrinar por el
Camino.