A veces se confunde la parte por el
todo, y en eso nos debatíamos, al decir que hay rutas que son conocidas por la
del “chuletón” o la del “cocido”, sin embargo, otras muchas son de simples
tortillas que entre las cuatro piedras
están muy, pero que muy sabrosas.
Después de los asuetos veraniegos,
es en esta tradicional marcha senderistas donde un numeroso grupo nos
reencontramos.
Navalucillos es el punto de
encuentro, tras cruzar el pueblo dirección Robledo del Rey, ha escasos kilómetros encontramos un desvío a la izquierda (camino
rural) que nos lleva hasta la cuasi-entrada de Cabañeros, y después de circular
unos 5 km. dejamos los vehículos en la
zona de aparcamiento, pasamos por la casilleta de control de visitas donde nos
presentamos los 18, dispuestos a conquistar el Rocigalgo, punto más alto de la
provincia de Toledo y uno de los picos más alto de los Montes de Toledo.
Tras pasar 3 km de pista forestal nos
encontramos con las escaleras que nos van a elevar por senderos hasta las
alturas. Este rincón de los Montes de Toledo es un lugar apasionante y todo su
ascenso vas surcando el río Pusa, hecho que hace que vayamos acompañado por el
sonido del discurrir de sus aguas.
Este recorrido da muchas
posibilidades, así unos se pueden entretener en las cascada de los Chorros
(unos más grandes y otros menos), incluso adentrarte en las alturas y disfrutar
de un robledar, que en esta época otoñal nos ofrece una espectacular imagen, o finalmente
ascender has los 1444 metros, en cuyo punto geodésico se puede obtener una amplia panorámica del
Parque Nacional de Cabañeros.
Ruta fácil, distendida y sosegada,
donde el veterano Beli nos sorprendió al ser el primero en hacer cumbre y
marcarnos un ritmo de descenso de a marcha forzada. ¡Claro! Que como he dicho hay
rutas que la parte se impone al todo, y en este caso en el restaurante las
Becerras dimos cuenta de lo que allí presenta: Un suculento cocido o en su caso
huevos fritos (no hay otra posible elección)

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