La Maratón es el culmen de
cualquier populero de las corrías. Ningún corredor, una vez adentrado en este
impresionante mundo del correr, deja de estar tentado por adentrarse en la
telaraña de la maratón.
Una vez dentro te atrapa, y
es tal su fuerza, que buscas modos y maneras para sentir el ambiente, oler sus
olores, escuchar sus bullicios, dejarte llevar por su sonido infernal de la estridencia.
Estás atrapado, y el
magnetismo que despliega “hacer la maratón” atrae a los amigos, familiares y clubes, que en frenético trasiego de coger posiciones para estar en el mejor puesto del
cajón, para encontrar las mejores vías de adelantamiento o situarse en el lado
izquierdo o por el derecho, porque allí en ese punto se que están, que me
esperan, que me animan, que forman parte del mi reto, de mi esfuerzo, de esta
extraña fiesta cuyo laberinto maratontauno nos embelesa.
Madrid sigue sumando
ediciones a ritmo de Rock Roll, hoy por hoy, su ambiente hace que tenga un
poder atrayente, y sean muchos los que se desplacen para participar en el laberinto
maratoniano. Mi Club, está en un constante in crecendo, cada año va a más. Sea
porque estamos a tiro de piedra, sea porque esta maratón tengo un poder
atrayente o, bien sea, porque tras ello exista alguna mano con fantástica entrega
organizadora, que hace que estemos como en casa, el caso es que este año entre
corredores, amigos y familiares hemos estado cincuenta. La mayoría con mochila,
prendas y planos en ristre para poder andar de este punto a este otro, ver en
este km o en aquel otro.
Mirar el reloj calcular los
tiempos, otear el horizonte, gritar -¡Ya viene! ¡Por allí!. Que magnifica
locura que nos trae de aquí para ya. Que nos hacen decir - Van en tiempo-, -Lo consiguen- o –A verr se están
fuertes en los km finales-.
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Quien dijo miedo a los retos (CA las Lagunas de Villafranca) |
Fillo y Eladio, dos
veteranos, adentrados en retos, donde la magia del tres les ha llevado
encandilado durante meses, hoy cantan el a lirón, porque la muralla de las 3
horas ha caído como torre de naipes.
Decir maratón a veces, es
decir luchar, y como toda lucha a veces las cosas no cuadran, sólo recordar
esta frase “No mande mis naves luchar contra los elementos” (Felipe II).