Hogaño entro por O´Donnell, pero da
igual por donde entres Madrid es una ciudad abierta en la que todos tenemos
cabida, y así desde primeras horas de la mañana del domingo 24 de abril el
ambiente que se va percibiendo es impresionante.
El Retiro a la izquierda, a la
derecha la Casa Árabe y en frente la Puerta de Alcalá, sin olvidar la iglesia
de San Manuel y San Benito a pie del metro Retiro y junto a la estatua ecuestre
del pacificador Espartero, todo un entorno que el trasiego de gente y atletas
van creando un variopinto dibujo en
movimiento. En un suspiro me encuentro el Palacio de Comunicaciones (actual
sede del Ayuntamiento de pueblo de Madrid).
Pero es la diosa Cibeles quien recibe orgullosa el tradicional salto de
paracaidistas de la BRIPAC. La bandera de España, símbolo que une e identifica a los españoles es la encargada
de dar la salida a la XXXIX Maratón Popular de Madrid 2016.
El paseo Recoletos me lleva hasta
la estatua de Colón. Punto estratégico para visionar la marea maratoniana en
plena exaltación, es el primer kilómetro.
Marathón Popular de Madrid, donde
la palabra popular identifica la esencia de esta carrera, es decir personas
anónimas, de objetivos individuales, con horas de sacrificado entreno sacado de
lo más recóndito del asueto y donde el cruce de meta les va arrancar una
emoción inenarrable que les vale el mejor de los trofeos. Estos atletas son los
que cada año y en la mañana del último domingo de abril hacen vibrar a Madrid;
todo lo demás son pasos organizativos que buscan no sé qué interés, pero que
poco a poco van destruyendo la esencia de esta maratón popular, este año con
una nueva vuelta de tuerca: La élite tuvo su salida diferenciada, exclusiva y
apartada del populacho. Que nadie olvide que este tipo de carrera la mantienen
los anónimos atletas denominados populares.
Monumento a Colón, próximo a la
biblioteca Nacional y junto a la Plaza del Descubrimiento es el km. 1. Los
ánimos y el ambiente de los atletas es desbordante. Entre tanta maraña
colorinera localizo a José Luis Quiñones, es su primera maratón. Su saludo
muestra alegría y ganas de terminarla, del tiempo después hablaremos.
Toco el culo de la señora del
espejo y desnuda de Botero, iniciando mi trotar por Génova hasta la glorieta
Bilbao, esta mañana lo mejor es el metro. Plaza de Cuatro Caminos o el km 10,
por fin identifico y localizo a los atletas laguneros, el primero Fillo, sonriente
y a buen ritmo. Al rato, Alfonso, sorprendido pero de vivo ritmo y con ganas. En
mismitica plaza Josue, Juanan, Alberto y Bienve ¡Vaya! Ambientazo y alegría.
Estamos en el momento energético de la maratón, donde sobran fuerzas y hay
derroche de gestos, expresiones, gritos y bromas.
De metro a metro. Es la Gran Vía,
despejada con una sensación de anchura peatonal por ausencia de vehículos entre
los edificios emblemáticos. Callao da fin a una insignificante y penosa subida,
es la primera extracción en sangre de fuerzas, pero el ambientazo de Preciados,
Sol y Mayor te llevan en volandas hasta el km 21 de la calle Ferraz. Gritos
entre los gritos, ahí destacan las Cheleras, donde Villafranca de los
Caballeros se hace notar y sentir. Josua, Juanan, Alberto y Bienve reciben el
impulso de sus fans y ahora están franqueados por Jose Domingo Casero y Floren, que van a
ser los gregarios de ánimos hasta el final de los kilometros.
Catedral de la Almudena y Palacio
Real están enclavados en la plaza de Oriente y, escondido en la plaza España,
Don Quijote y Sancho Panza dos manchegos de puro cepa, que en actitud
cabalgante dejan acercarse a turistas y curiosos.
Es el momento de Príncipe Pio o la
antigua estación del Norte, puerta hacia la Casa Campo. Aquí, la maratón
comienza a medir cada una de la fuerzas de los atrevidos atletas, porque es el
momento de ir bien pero sostenido.
Un traspiés me lleva a besar el
suelo, me encuentro en el Paseo de la Ermita del Santo, junto al paseo de
Extremadura (más o menos el km 33,300). Es el momento de la verdad y ahora es
cuando la maratón abre la puerta, dando comienza a vivir su extenuante gloria.
¡No hay escapatoria!.
Madrid Río, esconde la M30. Obra
faraónica o un nuevo Manzanares, me lleva desde Príncipe Pio hasta Alonso
Martínez, Metro a Metro. Colón lo tengo a dos zancadas. Ahora es el instante de
rictus desdibujados, desvencijamiento de músculos, calambres y angustias es remover
cada rincón de mente y cuerpo que ilusione y estimule a dar la siguiente
zancada. Vencer la resistencia de un cuerpo agotado, luchar contra la neblina
que embota la mente y deshacer la mirada perdida es encontrarte en el KM 39.
¡No puedo más!, ¡Sigo!, ¿por qué lo
hago?, ¡Me esperan!, ¡Párate! ¡Tienes que dar un paso más!,… km 41. ¡Reviento!
Me llevan los gritos, los aplausos, los ánimos,.. Sigo porque sé que voy a
vencer.
Dedicado a los maratonianos Fillo, Alfonso, Juanan,
Alberto, Josue y Bienve del CA Las Lagunas de Villafranca, sin olvidar a un
veterano lleno de coraje que se ha adentrado en esta atrapadora maraña
maratoniana que es José Luis Quiñones.
15,00 horas, eufóricos laguneros:
Atletas, acompañantes, animadores y más dan cuenta de las viandas en Don Pedro.
Restaurante que un año más concentra a eufóricos laguneros, que departen con
entusiasmo los avatares de esta nueva ventura.