sábado, 19 de diciembre de 2020

Navidad 2.020

Una vieja lavandera descolorida, manca, quizás cansada,… pero año tras año su figura está presente en el Belén. Esta figura data de los años sesenta, es una figura murciana de barro y `pintada a mano, así mi madre cada año fue añadiendo estas entrañables figuras de belén. Una tradición que ha seguido entre nosotros, pues cada año siempre la lavandera ha estado, esta y espero que así siempre sea en años venideros.

Cada año la Navidad y bajo el cúmulo del paso del tiempo se vuelve más nostálgica, más interior; donde la ilusión más infantil ha ido madurando, donde los sueños han ido supliendo la realidad, donde a pesar de sentir en las tripas el “regullir” de Navidades que fueron tristes, muy tristes; siempre encuentras la fuerza del deseo y estas Navidades no van a ser menos; porque como otras, motivos hay para dejarte entristecer.

El 2020 ha sido el año de una convulsión social, casi sin precedentes en esta Era moderna Occidental, donde miles de muertos con nombre y apellidos, negocios en crisis, vida social alterada, vida familiar desasosegada, inseguridades, miedos y un sinfín de situaciones y sentimientos están haciendo tambalear nuestra hasta ahora intocable seguridad. Ante todo esto, apelo al deseo colectivo de los que sienten estas tradiciones para reencontrar lo mejor de los nuestros, al fin y al cabo Navidad es nacer, tener futuro y esperanza.

Sabiendo que el primer descubrimiento de la infancia será que los mejores Magos son los Padres y que en la madurez encontrarás que no hay Navidades perfectas, con todo cariño dedico a  mi nieta Martina, que estará a más de 7500 km estas Navidades, por ser en ella donde la Navidad ha comenzado a crecer en su lado más infantil, más tierno, más hermoso y lleno de los mejores sueños e increíbles ilusiones. Y no seré yo quien se las quite.

Feliz Navidad!!!



No hay comentarios:

Publicar un comentario