lunes, 3 de abril de 2017

Los amantes de Villafranca de los Caballeros

“Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me sacudiré de esta carne fatigada el yugo de estrellas adversas. ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida Muerte! Ven, amargo conductor; ven, áspero guía. Temerario piloto, ¡lanza tu zarandeado navío contra la roca implacable! Brindo por mi amor. ¡Ah, leal boticario, tus drogas son rápidas! Con un beso muero.”
Romeo y Julietta de Willian Shakespeare

Estaban decidido, como otros muchos. Llegar a la jubilación y retornar a su pueblo, donde dejar pasar los años, los meses y los días, pero siempre juntos en la paz y tranquilidad de su pueblo.
Plaza España, lugar conocido como el Roce
(Imágen obtenida en facebook. Se desconoce el autor)
Pasear las calles unidos y de la mano, para envejecer la última vejez. Recorrer cada esquina monótonamente acompasados. Ser como el primer día de enamorados, pero ahora con el peso del mucho amor. Andar y hacer las tareas cotidianas y sencillas, siempre unidos y sin prisas para dejar pasar un día bajo el paso de otro día.

El Malecón o camino las Lagunas. Pasear, caminar,… apoyarse en eléctricas ruedas para seguir en lo que otrora era andar firme.

Hace años que así los veo, siempre juntos, mostrando sosiego lleno de timidez. Con palabras justas y pausadas, pero siempre atentos y llenos de cortesía.

Calle la Parra con Avd. Castilla La Mancha
Tras la noticia, aún recuerdo, y esta fue la primera imagen que se trasladó a mi mente, cuando aquella mañana de rayos invernales que invadían la apartada habitación, Ilde y Pilar, juntos y con calmada timidez, me dicen –Buenos días!, venimos a preguntar por Félix-. Desde esa apaciguante calma, mi padre sonreía desde su mundo. Ellos con su silencio preguntaban y mostraban resignación ante los avatares de la vida, pero siempre juntos.

Tengo rabia de la injusta noticia, me indigna la precipitación del deseo del decir y no ver la evidencia de una vida hecha con amor y llena de sosiego, sellados con el deseo de estar siempre juntos. Vivir juntos en la tranquilidad de su pueblo y bajo las paredes de su humilde vivienda, sin una palabra más alta que otra. Casa humilde, junto con otras casas, de principio o final de una calle. 

La Parra, hoy queda un poco más vacía y más triste, donde su ave fénix trae la magia de la vida que brota de aquellos cantos de su oculto empedrado. 
Lo primeros rayos solares sobre la calle la Parra
Ayer, en mi pueblo se “alcagüeteo” una noticia en los “Partes” y se olvidó un hecho donde dos octogenarios amantes murieron por amor para poder seguir siempre juntos, abrazados de la mano. 

A Ildefonso y María Pilar, matrimonio fallecido en mi pueblo, Villafranca de los Caballeros. DEP
Imágenes extraídas del elespañol.com

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