“Ah, aquí me
entregaré a la eternidad y me sacudiré de esta carne fatigada el yugo de
estrellas adversas. ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último
abrazo! Y labios, puertas del aliento, ¡sellad con un beso un trato perpetuo
con la ávida Muerte! Ven, amargo conductor; ven, áspero guía. Temerario piloto,
¡lanza tu zarandeado navío contra la roca implacable! Brindo por mi amor. ¡Ah,
leal boticario, tus drogas son rápidas! Con un beso muero.”
Romeo y Julietta de Willian Shakespeare
Estaban decidido, como otros muchos. Llegar a la jubilación y
retornar a su pueblo, donde dejar pasar los años, los meses y los días, pero
siempre juntos en la paz y tranquilidad de su pueblo.
![]() |
Plaza España, lugar conocido como el Roce (Imágen obtenida en facebook. Se desconoce el autor) |
Pasear las calles unidos y de la mano, para envejecer la
última vejez. Recorrer cada esquina monótonamente acompasados. Ser como el
primer día de enamorados, pero ahora con el peso del mucho amor. Andar y hacer
las tareas cotidianas y sencillas, siempre unidos y sin prisas para dejar pasar
un día bajo el paso de otro día.
El Malecón o camino las Lagunas. Pasear, caminar,… apoyarse
en eléctricas ruedas para seguir en lo que otrora era andar firme.
Hace años que así los veo, siempre juntos, mostrando sosiego
lleno de timidez. Con palabras justas y pausadas, pero siempre atentos y llenos
de cortesía.
![]() |
Calle la Parra con Avd. Castilla La Mancha |
Tras la noticia, aún recuerdo, y esta fue la primera imagen
que se trasladó a mi mente, cuando aquella mañana de rayos invernales que invadían
la apartada habitación, Ilde y Pilar, juntos y con calmada timidez, me dicen
–Buenos días!, venimos a preguntar por Félix-. Desde esa apaciguante calma, mi
padre sonreía desde su mundo. Ellos con su silencio preguntaban y mostraban
resignación ante los avatares de la vida, pero siempre juntos.
Tengo rabia de la injusta noticia, me indigna la
precipitación del deseo del decir y no ver la evidencia de una vida hecha con
amor y llena de sosiego, sellados con el deseo de estar siempre juntos. Vivir
juntos en la tranquilidad de su pueblo y bajo las paredes de su humilde vivienda,
sin una palabra más alta que otra. Casa humilde, junto con otras casas, de principio o
final de una calle.
La Parra, hoy queda un poco más vacía y más triste, donde
su ave fénix trae la magia de la vida que brota de aquellos cantos de su oculto
empedrado.
![]() |
Lo primeros rayos solares sobre la calle la Parra |
Ayer, en mi pueblo se “alcagüeteo” una noticia en los “Partes”
y se olvidó un hecho donde dos octogenarios amantes murieron por amor para
poder seguir siempre juntos, abrazados de la mano.
A Ildefonso y María Pilar, matrimonio fallecido en mi pueblo, Villafranca de los Caballeros. DEP

No hay comentarios:
Publicar un comentario