Parar o no parar, seguir o no
seguir,…. Fue en aquellos años, cuando en la clase de gimnasia, aquel profesor,
nos sacaban fuera del Instituto de Cervantes de Alcázar de San Juan y por donde
hoy se ubica la ITV corríamos y corríamos.
Desde entonces, quizás hace
unos cincuenta años, fue como comencé en el mundillo de las “corrías”. Hoy
cuento en mi haber 13 maratones, muchísimas medias maratones e incontables
carreras de distancias variables, luego llegaron la carreras de montaña y las
marchas de senderismo.
Más de cincuenta años
participando en actividades deportivas y nunca jamás en una carrera me ha
retirado. También nunca he estado entre los ganadores, pero he sido fiel a
acabar aquello que comenzaba.
Si todo va bien y cada cosa
está en su lugar en septiembre comenzamos el Camino de Santiago desde mi pueblo
(Villafranca de los Caballeros), casi 980 km hasta llegar a Finisterre. Esto
que digo, obliga a cierta preparación y así el pasado lunes, 26 de mayo,
realizábamos un test diseñado en varias etapas.
El primer día desde
Villafranca de los Caballeros a la Ermita de Valdehierro (30K), ya avisaron del
calor, mucha calor y desde los primeros km se sentía en estos interminables
paramos manchegos soleados. Jesús Pisto, el de la higuera en el camino, nos dio
cobijo en su casilla. Tuvimos unas entrañables palabras con este hombre curtido
en ir y venir a Madrid, donde ahora vende sus años de ahorro, invertidos en
tierras de laboreo, dice que son 72 años de lucha.
Puerto Lápice y su plaza Mayor
nos recibió, pero fue la sombra de una portá la que nos facilitó un rápido “siesteo”,
para seguir camino a Valdehierro. Tras otros 15 km entre sol y sol, desplegamos
las tiendas de campaña y a esperar hasta las 6 horas de la mañana del día
siguiente que comenzamos a levantar el campamento.
Siguiente día, martes 27,
vamos desde la Ermita de Valdehierro
hasta Urda, otros 30 km. Nos dirigimos hacia la Fuente del Umbrión para cargar
el máximo de agua, porque probablemente hasta Urda no vamos a poder
abastecernos. Sol mucho sol y poco aire y apenas sombra. El peso, la mente y el
cuerpo se resienten. Nunca me he retirado, siempre he acabado (eso me decía).
El caminar es lento, hoy toca casi 800 metros de desnivel positivo, la mochila
está pletórico de peso y yo tengo una lucha porque aunque las piernas van bien,
la cabeza tiene una pelea interna sí o no y cada órgano pretende funcionar
deslavazadamente.

Subir bajar, avanzar
lentamente, beber pequeños sorbos de agua, intercalar un sobre de sales que me
han facilitado, pero no dejo de decir “ahora que toca”, “cuanto nos queda para…”,
mientras internamente la mente comienza a testear los órganos que cada uno
marca ritmos distintos y desacompasados donde las palpitaciones son la batuta
de la desconexión que se a barrunta. El sol no da tregua, hoy más calor que
ayer y menos que mañana. Suena la palabra mágica “la Casa de los Forestales”,
queda poco para llegar, pero queda lo
suficiente para valorar el ser o no ser. El peso, el camino, las subidas, las bajadas,
el sol, el estado físico, las fuerzas, la cabeza y la sintomatología interna de
estar al mil por cien desordenado son indicadores que debo escuchar.
Menos de cien metros de
empinada subida, piedra suelta y sol poderoso lateral derecho. Clavo los
bastones, tiro de la mochila y estamos a las puertas de la Casa de los
Forestales. Entramos y nos sacan afuera, dicen que es un lugar de menores y no
podemos estar dentro, cierto que nos dan agua que vamos sobrado de ella, y tras
varias peticiones de poder trasladarme a Urda en vehículo dicen que no.
En las afueras del recinto,
dos señoras, una de ellas con acento marroquí, nos facilita un número de
teléfono para que nos lleven en coche hasta Urda.
Después de cincuenta años,
después de mil batallas aventureras he tenido que tomar una decisión: Retirarme,
no seguir.
Hoy más tranquilo reflexiones
de mis muchos errores:
1.- Falta de entreno. Necesito
caminar, caminar y caminar.
2.- Control del peso de la
mochila. Cuidado que todo lo que sea de más de ocho kilos, resta. Mirar muy
mucho lo que realmente es necesario de llevar.
3.- El calzado, quizás me
decida por zapatillas ligeras, sin ser impermeables porque para la época de
septiembre se necesita más transpiración que evitar mojarte.
4.- La mochila que tengo
(buena para la montaña y de los litros adecuados), pero creo que no se adecua
al perfil del Camino, tengo que darle una vuelta.
5.-Entreno de andar y andar
pero con un añadido que es portar una mochila e ir progresivamente añadiendo
peso, esto es fundamental.
Nunca me he retirado, siempre
lo que he empezado lo he acabado, pero a mis 65 años he aprendido una magnifica
lección que es: “Saber decir no en el momento adecuado, también es llegar a tu
objetivo”.
Gracias por reforzar mí se
acabó, aquí me quedo, no puedo seguir. Aunque reconozco que no me ha gustado.
Track:
Día 26 de mayo, 2025
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/villafranca-de-los-caballeros-a-la-ermita-de-valdehierro-por-puerto-lapice-215473716
Día 27 de mayo de 2025
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ermita-de-valdehierro-a-la-casa-de-los-forestales-215460098