El calor azota y deja sentir su
constante veraniega dentro de este “punto cero” de La Mancha. Como en
anteriores ocasiones partimos del Roce, para encarar la laguna Grande y Chica,
éstas en permanente lucha de atrincheramiento.
Pasado estos Humedales Manchegos
giramos a la derecha para cruzar el río Riansales, siguiendo caminos esteparios
pronto abordamos la estación vieja de Quero, donde un pastor vela por guiar un
rebaño de ovejas, dejando esa costumbrista estampa manchega. Tras cruzar la vía
del tren, se encara un paseo, donde personas pertrechadas de paraguas y
atuendos protectores combaten sus andares contra un ejército de poderosos rayos
solares.
Primer descanso, junto a la
iglesia. Reposición de sólido y líquido, entre los murmullos apagados de los
últimos y los primeros de las Ferias y Fiesta de esta localidad quereña. Aquí y
en este mismo punto, iglesia parroquial Ntra. Sra de la Asunción, nace una nueva ruta circular de 27 km de
recorrido conocida como Ruta de los Oficios.
Enfilo hacia la Laguna Grande de
Quero, espacio de fuerza blanca, donde su sal fue en otros tiempos de recursos
estacionales para sus lugareños.
Esta vez la vía del tren la paso
por sus bajos, mientras sigo el todavía no estrenado Caminos Naturales de La
Mancha Húmeda, su dirección me retorna a Villafranca, pero es en un pequeño
promontorio donde a su izquierda, se divisa una fina delgada azul que rompe el
horizonte de amarillos y marrones: Es el Vadancho.
Vadancho, finca privada de
humedales, que bien se cuidan enunciar “no pasar”. Transito su perímetro, me
acerco a su ribera lagunar marcado por sus aguas, donde bandadas de flamencos guardan sus
aguas. Transitar y observar sus alrededores es un placer de tranquilidad, de
sosiego y de disfrute.
Nuevamente entre la laguna Chica y
Grande de Villafranca, donde una estampa extraña y trasformada día a día por los
calores ofrece un espejismo de esperanza, desde aquí es el momento de cerrar el
círculo en el lugar de empiece, que es el Roce.
Track del Recorrido Villafranca de los Caballeros - Quero - Villafranca de los Caballeros:
Y como siempre por los caminos te encuentras algún lugareño, que por el rondel que te mueves no puede ser de muy lejano:
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Felipe (mi cuñao), un madrugador lagunero. |
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Juan, un vecino chelero, que hizo de buen samaritano |