domingo, 7 de marzo de 2021

Yo, Julia

200 d. C. La Roma Imperial. La Roma patriarcal.  Un periodo convulso, donde el Augusto Imperator duraba menos que un caramelo en la puerta de un colegio. Porque los hilos internos de conjuras, intereses y ansias de poder hacían que valiera todo. “-Es Curioso- dijo Dion Casio con tono sarcástico-: acabamos de votar, presionados por los amigos de Severo, que sea ejecutado el emperador que nos ordenó que lo declaráramos enemigo público apenas unas semanas. –En estos tiempos se puede pasar de enemigo público a augusto en pocos días –apunto Sulpiciano-. Como dijimos, ya no hay valientes entre nosotros, en el Senado.”

Aunque todavía, hoy en día, nos seguimos preguntado. “¿Cuándo llegará el día en el que senadores y gobernadores pensaran más en el buen gobierno del Imperio que en sí mismos, en sus pequeñas estrategias, en sus rencillas y envidias en esa maldita lucha por el poder que a todos debilita”.

Como siempre Santiago #Posterguillo  Gómez consigue hacer de la historia una novela trepidante que engancha desde la primera letra y en el que su lectura  es “la fe en la victoria era como el opio. Adictiva”.

Yo, Julia: mujer y extranjera unida en matrimonio a Lucio Septinio Severo, en una Roma que la miran de lado, ella quiere “todo o nada”. Julia y Severo, mujer y hombre que aúnan inteligencia y fuerza, estrategia y poder, en donde las indecisiones y las dudas son inteligentemente dirigidas por la Mater Castrorum.

Yo Julia, una mujer de siempre, donde las diferencias de género son cualidades  y virtudes diferentes que engrandecen a la mujer en las dificultades y en los retos, haciéndonos ver que los techos de cristal que debemos de romper están en las capacidades: No son más forzudas, pero son más fuertes, no son más luchadoras, pero son incansables y poseen una inquebrantable fortaleza: ser madre.

Yo Julia es la mujer de ahora, donde su tenacidad, persuasión, lucha, objetivos y logros son la trastienda de esta moderna sociedad que tiene como escaparate visual la igualdad en palabras de apariencias y se olvida de su verdadera lucha igualitaria y no discriminatoria permitiendo que la mujer pueda ser despedida por su estado natural de embarazo por empresas españolas, aunque amparadas por el paraguas de leyes extranjeras y bajo subvenciones, ayudas y ventajas de los impuestos españoles. Eso sí miremos y resaltemos la “a” sobre la “o”, que damos to por solucionao.

Esta cerca el día #8M #díadelamujer, un día que debe celebrarse con orgullo y satisfacción de ser el logro de “La Mujer Empoderada”, porque ha de ir más allá de la simpleza anacrónica y manida del #feminismo.

El Emperador Lucio Septinio Severo le dice a Julia, su esposa: “No merece la pena tanta sangre un imperio”, y ella responde “Es que no luchamos por un imperio sino por algo más grande”. El Emperador que no se entera de que va la vaina, dice “No hay nada más grande que un imperio” y ella, Julia, le contesta: “Sí, una dinastía”.



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