Consecuencia de un extracto, al
inicio de la lectura de este libro de Jesús Sánchez Adalid, hice una
entrada bajo el título “La historia de
la crisis”, dando mi particular visión, de lo que creo que es en las épocas que
vienen mal dadas, Sea donde sea y cuando sea, los que más pierden son los de
siempre: el ciudadano de a pie limpio y mondo.
Antes de adentrarnos en Alcazaba,
quiero recordar el primer libro que leí de J.
S. Adalid, El Caballero de Alcántara, libro que nos sitúa en un momento
convulso, tanto personal como de conflictos de fronteras, del reinado de
imperio de Felipe II. Un libro documentado históricamente y que nos describe el
arma poderosa del espionajes, puesta en manos de un miembro de la Orden Militar
de Alcántara (Monjes guerreros
juramentados).
No sólo su lectura me entretuvo,
sino que me acercó a la Extremadura de aquella época, al convento de Guadalupe e incluso me llevo por un arriesgado periplo que pasando por Venecia para ir hasta Constantinopla, donde me hizo vivir la arriesgada labor de espía para desvelar las intenciones del ejército
turco.
Alcazaba nos sitúa a finales de
la Alta Edad Media (S IX), bajo la
dominación del Califato de Córdoba (Abderramán II) y nos ubica en la ciudad de
Mérida, enclave donde tres culturas monoteístas, tan próximas y diferentes, se
unen para enfrentarse al poder abusivo y destructivo de Abderraman II, que con
sus gravosos impuestos, no sólo estaba llevando a las clases de a pie a la
hambruna, sino que las clases dominantes estaban en un insufrible
empobrecimiento que no estaban dispuestos a tolerar.
Jesús Sánchez Adalid, bien
documentado nos desgrana la tirante convivencia de estas tres cultura, donde
los bereberes acaudillan la ciudad, los dimmies mantiene su religión cristiana
con un inconformismo a flor de piel y en la espera de que los ejércitos del
norte acudan en su ayuda, y por otro lado la sociedad judía a caballo de ambas
culturas. “-¡Ah!- exclamo Abdias bajando la voz-. Naturalmente que no les hemos
hecho nada malo. Pero bien sabéis que los cristianos no han dejado nunca de
mirarnos con recelo, buscando la manera de hallar en nosotros los judíos
cualquier motivo para convertirnos en la
causa de todos sus males”. Y entremedias de esta algarabía están los muladís donde
sus rezos a Allah se ven confundidos con arraigadas costumbres de su anterior
religión.
Leer a Jesús Sánchez Adalid es
más que leer novela, es leer historia, es vivir una época, es conocerla a pie
de calle, es sentir que cuando finalizas su libro has recibido una gran lección
y por supuesto, si te adentras en su libro encontrarás una lectura sin denuedo, donde sentirás
el arrobamiento de la época que te aherrojará hasta su final, quedándote tan rozagante al descubrir palabras de amplio contenido de un egregio lenguaje castellano.
Por buscar otro punto común de
tan azarosa época con esta nuestra tan actual, os traigo un extracto de la
conversación del hortelano Demetrio con el Duc Rodrígo
“-¡Que noche tan calurosa!-
exclamaba con su habitual mal humor -¡Y estamos en mayo!. Apenas acaba de pasar
la semana de Pascua y ya están los sembrados pidiendo la siega… ¡Señor, que
tiempos estos! ¡Todo está al revés!. Será la causa de nuestros muchos pecados…
“ (Alcazaba de JS Adalid).
Me da que esto del cambio
climático ya viene de atrás.