domingo, 30 de marzo de 2014

La BRIPAC en la Media de Segovia.


Nada más llegar por su calle se escuchaba “a tambores”, donde parecía bailar cada uno de los pedruscos que dan forma a su Acueducto. Bien temprano se estaba caldeando el ambiente a ritmo militar de cornetas y tambores, que en su vibrar lanzaban energía, activando los músculos, y ordenando un mensaje  “Si la media de Segovia es dura, su gran ambiente lo allana”.

El despliegue militar da un excelente color a este deporte mediomaratoniano popular, despliegue transformado en infraestructura, en música, espectáculo y participación. Puesta en escena como estas agradecemos los ciudadanos de a pie, y esta es mi pequeña contribución para agradecer el ambiente que generan, que junto a sus gentes, monumentos y recorrido hacen de la Media Maratón de Segovia que no sólo participemos sino que la ¡¡VIVAMOS!!.

Y para rematar la faena una ducha militar, ¡si señor!, como en los viejos tiempos, esto sí que no ha cambiao.
Acompañantes y miembros del CA Las Lagunas de Villafranca

miércoles, 26 de marzo de 2014

Montañeando


Una gran ciudad de abundante trasiego, haceres y quehaceres, eran mucho y entre tantos estaban 2617 bueyes y 872 carretas, entonces corría el año 1753, hoy sólo está “El último carretero”, escondido entre piedras donde se mantienen un puñado de casas, donde sus paredes de piedra velan a orillas de río Duero.

Éramos doce, todos preparados y mentalizados cuan expedición en ansia de disfrutar la ruta. Mochilas con viandas y vituallas, siendo algo de pan y chorizo a lo tradicional, almendras y barritas a lo moderno, todo ello “acompasao” con instrumentos como bastones, crampones y polainas.

Quizás locura o simplemente ganas de disfrutar de unos espectaculares paisajes de nieve a los pies de los Picos de Urbión, bajo la dirección de un conocedor del medio (Carlos) y un incansable organizador-marchador (Beli), que sin perder detalle, siempre deja un hueco de improvisación que es la justa para que todo se convierta en apasionante.

Después de acceder andando entre nieve, nos enfrentamos a una Laguna Negra, vestida con una gruesa capa de hielo y nieve, donde su bonita imagen nos hace disparar fotos y más foto.

Ha llegado el momento, tras “campronearnos”, comenzamos en lenta “procesionaria” para casi escalar el empinado ascenso. Despacio, asegurando cada pisada, nos vemos envuelto en una pared de hielo, escalonada por otras pisadas, su culmen nos abre al paisaje de montes y nieve, donde la inmensidad de paisaje, nos da un respiro de aire puro, que parece inyectarse directamente en nuestras venas.

El trazado nos lleva en caravana, siguiendo movimientos en goma. Lentos, seguros y pletóricos, así nos mostramos, aunque sin perder de vista el precipitado ritmo de nubes, que sobre nuestra izquierda rebotan en la cordillera montañosa, dejando una mañana en su punto justo.

Ana y Sergio cumbreando Picos de Urbión
(Fotografía Carlos)
Estamos en el momento clave, al fondo la cima, protegida por un viento enardecido, que defiende la cumbre, y a nuestras espaldas un regreso simplemente placentero y reconfortable. Los más retornamos, mientras los menos, abanderados por su experiencia siguen a la conquista.

Soria, nos abrió sus puertas y nos mostró sus caminos: Molinos del Duero, la Laguna Negra, Picos de Urbión, Vinuesa, Calatañazor y Ucero.


Carolina, Ana, Silve, M. Tere, M Ángeles, Belisario, Miguel el mayor, Eugenio, Carlos, Sergio, Miguel el joven y Julián fueron los caminante, viajantes y expedicionarios, donde un poco de todo fabricó la aventura.

domingo, 23 de marzo de 2014

Mujeres y Cheleras


“…y tantas que son y que serán 
encanto de manchegos y madres de españoles 
por tierras de lagares, molinos y arreboles” (Antonio Machado a la mujer manchega).


Adentrarte has de hacerlo, en el mismo corazón de La Mancha, si quieres sentir el influjo de la mujer manchega.

Y descubrirás que sus lágrimas son fuerza,  su frágil figura es lucha,  su mirada es pasión y sus gestos son entrega, porque ellas son Manchegas y Cheleras.

Mujeres duras porque brotan de la tierra dura que empuñan, que sienten y aman, porque en sus entrañas llevan el alma y reflejo del corazón de la Chela

A ellas, a la mujer Villafranquera, que son el espíritu oculto que da vida a la Chela, y especialmente a Silve, Mari Tere y María de los Ángeles, les dedico este especial video (al fin y al cabo ellas son las protagonistas de estas improvisadas imágenes)

miércoles, 19 de marzo de 2014

Un cerrete


Los primeros rayos solares se nos cruzaron en el mismo cruce que unía la expedición con el objetivo en La Mira. Desde Guisando, bajo una mañana esplendida, comenzamos la ruta, estableciendo el punto intermedio en el refugio Victory.

La Sierra de Gredos en su cara sur el sol dejaba constancia de su presencia, obligándonos a despojarnos de capas. Los cuatro “artistas”, desde un caminar monótono, mezclado en bromejas, poco a poco iban andando el camino. No había duda en la encrucijada entre la “Z” y la “Apretura” se optó por esta última. El recorrido imaginario surca un vericueto de rocas, casi al pie de los Galayos, bajo tramos de pequeñas lenguas de nieve marcada por las huellas de otros más tempraneros.

El refugio Victory queda como línea imaginaria que marca la singladura ya recorrida y un ascenso bajo un pleno sol que abrillanta la nieve, al mismo tiempo que el juego de rayos solares penetran hasta el hielo dejando un bonito juego de colores desde banco brillante, al azul y verde.

La nieve mantiene la consistencia que favorece un ascenso tranquilo y sosegado. Crampones, piolet y bastones acompasan un casino y constante ascender. El sol hace florecer los sudores,  pero poco a poco se va culminando la empinada y constante subida, donde el ascenso va llenándose de silencios de una montaña que habla.

Al culminar la cuerda que nos lleva a la Mira, el viento grita donde un espectáculo  de valles y cordilleras embellecen el paisaje bajo un fondo de nieve. La nieve se vuelve resplandeciente y firme dejando un duro crujir en manos del viento.

Aire, sueños y libertad en el sólo punto donde la naturaleza te habla.

Los 2300 metros de altura nos abren sus carnes en una imponente lengua de nieve. El sol, bajo sus horas, reblandece la nieve, convirtiendo su bajada en un delicado deslizamiento. No hay prisas y menos apreturas. Bajar, disfrutar del paisaje. Deslizarse, saber que la montaña siempre está ahí y tú eres sólo un instante.

18,30 horas, tras un zigzagueante descenso, acabamos a pie del vehículo. Volvemos a la carretera, para retomar el regreso de una jornada apasiónate, donde un “cerrete” dejo el regusto de unas “gordas” para el saboreo de Roberto, Javi, Bienve y Julián

Sierra de Gredos (la Mira), 15 de marzo de 2014.

NOTA: Dedicado al Sr. Roberto que tan altas eran sus MIRAs, que sólo vio un cerrete.

domingo, 16 de marzo de 2014

Rescate en la Sierra de Gredos


Después de culminar La Mira y encontrarnos en el refugio Victory de los Galayos de la Sierra de Gredos, aun saboreando los bocadillos, y sobre las casi 16,00 horas el zumbido de los rotores de un helicóptero nos  ponen en alerta.

Nos asomamos hacia el pie de los Galayos, donde el Servicio de Emergencias de 112 de Castilla y León está realizando una operación de aproximación para el rescate de un escalador herido. Desde el refugio Victory, los que allí estábamos, desde el desconocimiento de lo que realmente ocurría, contemplábamos las maniobras que el piloto estaba realizando para dejar, junto al herido, los técnicos de emergencia sanitaria.

El lugar donde se encuentra el escalador es una zona de imposible aproximación por vehículos de ruedas. Nosotros, testigos de las distintas maniobras de aproximación, retirada, vuelo de espera, nuevo acercamiento y así un incesante movimiento  del helicóptero hasta el aseguramiento, elevación, acoplamiento y transporte del herido.

Los hechos que se estaban produciendo bajo nuestros pies nos trasladaban una inevitable reflexión, la primera y más importante, el poder contar con profesionales que son capaces de acudir a lugares inaccesibles, para con la muestra de su conocimiento y preparación actuar con las máximas garantías, y sobre todo prestar un excelente servicio. La otra reflexión, también primera y más importante, es que nuestros actos, en el ámbito que sea, y en este caso concreto en la práctica de deportes de cierto riesgos bajo el añadido de inaccesibilidad, nos debe llevar a ser extremadamente precavido, adoptar las medidas y utilizar los medios adecuados, porque nuestras actuaciones siempre que las llevamos a cabo, en la misma medida estamos activando una serie de profesionales que con su pericia, conocimientos, entrega son capaces de realizar acciones y actos que en cualquier otra persona sería considerado como héroe, y ellos lo que esperan es que su trabajo simplemente pase desapercibido, sin que nadie se acuerde de ellos, porque nadie los ha necesitado.

NOTICIA 112 CASTILLA Y LEÓN:
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viernes, 14 de marzo de 2014

A La Mancha manchega,...


La Mancha es llanita, llanita. Al menos esto es lo que opina la inmensa mayoría. Pronto describen el paso de La Mancha a través de la autovía A4, carretera super recta, donde todo es llano y cuando en pleno verano la cruzas, parece brotar de sus suelos olas de espeluznante calor.

Lo que sí parece ser es que La Mancha es una altiplanicie a 500 metros sobre el nivel del mar, que conforma una región natural en pleno centro de España.

Dicho todo esto y sin profundizar en conocimientos, ¿Qué ocurre cuando un manchego de la chela, se prepara para carreras de montañas largas y de importantes desniveles positivos acumulados?, pues “na”, que lo primero que te dicen es adonde vas, si por allí no hay ni tan siquiera un “cerrete”.

Casi de todo esto tienen razón, pero no saben que La Mancha es grande, de vistas inmensas, también seca pero con agua y, ¡mira tú! También con desniveles, que te hacen “rilear” los músculos, flojear las piernas y al paso te dejan unos paisajes de una Tierra de Gigantes.

No sé si el nombre de La Mancha proviene de Irlanda o fueron los árabes que viniendo de tierras de abundantes arenas y restrictivas aguas, que no viendo sus amplios humedales la nombraron tierra seca o quizás sus antecesores visigodos que simplemente y sin más complicación al delimitar esta zona, simplemente le dieron el nombre de Marca o Mancha..

Sea lo que sea, piensen lo que piensen y digan lo que digan, aquí os dejo una muestra de una Sierra de Madridejos, alta, dura y con orgullo de mostrarnos sus grandes vistas.

viernes, 7 de marzo de 2014

Alcazaba

Consecuencia de un extracto, al inicio de la lectura de este libro de Jesús Sánchez Adalid, hice una entrada  bajo el título “La historia de la crisis”, dando mi particular visión, de lo que creo que es en las épocas que vienen mal dadas, Sea donde sea y cuando sea, los que más pierden son los de siempre: el ciudadano de a pie limpio y mondo.

Antes de adentrarnos en Alcazaba, quiero recordar el primer libro que leí de J.  S. Adalid, El Caballero de Alcántara, libro que nos sitúa en un momento convulso, tanto personal como de conflictos de fronteras, del reinado de imperio de Felipe II. Un libro documentado históricamente y que nos describe el arma poderosa del espionajes, puesta en manos de un miembro de la Orden Militar de Alcántara (Monjes  guerreros juramentados).

No sólo su lectura me entretuvo, sino que me acercó a la Extremadura de aquella época, al convento de Guadalupe e incluso me llevo por un arriesgado periplo que pasando por Venecia para ir hasta Constantinopla, donde me hizo vivir la arriesgada labor de espía para desvelar las intenciones del ejército turco.

Alcazaba nos sitúa a finales de la Alta Edad Media (S IX),  bajo la dominación del Califato de Córdoba (Abderramán II) y nos ubica en la ciudad de Mérida, enclave donde tres culturas monoteístas, tan próximas y diferentes, se unen para enfrentarse al poder abusivo y destructivo de Abderraman II, que con sus gravosos impuestos, no sólo estaba llevando a las clases de a pie a la hambruna, sino que las clases dominantes estaban en un insufrible empobrecimiento que no estaban dispuestos a tolerar.

Jesús Sánchez Adalid, bien documentado nos desgrana la tirante convivencia de estas tres cultura, donde los bereberes acaudillan la ciudad, los dimmies mantiene su religión cristiana con un inconformismo a flor de piel y en la espera de que los ejércitos del norte acudan en su ayuda, y por otro lado la sociedad judía a caballo de ambas culturas. “-¡Ah!- exclamo Abdias bajando la voz-. Naturalmente que no les hemos hecho nada malo. Pero bien sabéis que los cristianos no han dejado nunca de mirarnos con recelo, buscando la manera de hallar en nosotros los judíos cualquier motivo  para convertirnos en la causa de todos sus males”. Y entremedias de esta algarabía están los muladís donde sus rezos a Allah se ven confundidos con arraigadas costumbres de su anterior religión.

Leer a Jesús Sánchez Adalid es más que leer novela, es leer historia, es vivir una época, es conocerla a pie de calle, es sentir que cuando finalizas su libro has recibido una gran lección y por supuesto, si te adentras en su libro encontrarás una lectura sin denuedo, donde sentirás el arrobamiento de la época que te aherrojará hasta su final, quedándote tan rozagante al descubrir palabras de amplio contenido de un egregio lenguaje castellano.

Por buscar otro punto común de tan azarosa época con esta nuestra tan actual, os traigo un extracto de la conversación del hortelano Demetrio con el Duc Rodrígo

“-¡Que noche tan calurosa!- exclamaba con su habitual mal humor -¡Y estamos en mayo!. Apenas acaba de pasar la semana de Pascua y ya están los sembrados pidiendo la siega… ¡Señor, que tiempos estos! ¡Todo está al revés!. Será la causa de nuestros muchos pecados… “ (Alcazaba de JS Adalid).

Me da que esto del cambio climático ya viene de atrás.