miércoles, 19 de marzo de 2014

Un cerrete


Los primeros rayos solares se nos cruzaron en el mismo cruce que unía la expedición con el objetivo en La Mira. Desde Guisando, bajo una mañana esplendida, comenzamos la ruta, estableciendo el punto intermedio en el refugio Victory.

La Sierra de Gredos en su cara sur el sol dejaba constancia de su presencia, obligándonos a despojarnos de capas. Los cuatro “artistas”, desde un caminar monótono, mezclado en bromejas, poco a poco iban andando el camino. No había duda en la encrucijada entre la “Z” y la “Apretura” se optó por esta última. El recorrido imaginario surca un vericueto de rocas, casi al pie de los Galayos, bajo tramos de pequeñas lenguas de nieve marcada por las huellas de otros más tempraneros.

El refugio Victory queda como línea imaginaria que marca la singladura ya recorrida y un ascenso bajo un pleno sol que abrillanta la nieve, al mismo tiempo que el juego de rayos solares penetran hasta el hielo dejando un bonito juego de colores desde banco brillante, al azul y verde.

La nieve mantiene la consistencia que favorece un ascenso tranquilo y sosegado. Crampones, piolet y bastones acompasan un casino y constante ascender. El sol hace florecer los sudores,  pero poco a poco se va culminando la empinada y constante subida, donde el ascenso va llenándose de silencios de una montaña que habla.

Al culminar la cuerda que nos lleva a la Mira, el viento grita donde un espectáculo  de valles y cordilleras embellecen el paisaje bajo un fondo de nieve. La nieve se vuelve resplandeciente y firme dejando un duro crujir en manos del viento.

Aire, sueños y libertad en el sólo punto donde la naturaleza te habla.

Los 2300 metros de altura nos abren sus carnes en una imponente lengua de nieve. El sol, bajo sus horas, reblandece la nieve, convirtiendo su bajada en un delicado deslizamiento. No hay prisas y menos apreturas. Bajar, disfrutar del paisaje. Deslizarse, saber que la montaña siempre está ahí y tú eres sólo un instante.

18,30 horas, tras un zigzagueante descenso, acabamos a pie del vehículo. Volvemos a la carretera, para retomar el regreso de una jornada apasiónate, donde un “cerrete” dejo el regusto de unas “gordas” para el saboreo de Roberto, Javi, Bienve y Julián

Sierra de Gredos (la Mira), 15 de marzo de 2014.

NOTA: Dedicado al Sr. Roberto que tan altas eran sus MIRAs, que sólo vio un cerrete.

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