Los primeros rayos solares se nos cruzaron en el mismo cruce
que unía la expedición con el objetivo en La Mira. Desde Guisando, bajo una
mañana esplendida, comenzamos la ruta, estableciendo el punto intermedio en el
refugio Victory.
La Sierra de Gredos en su cara sur el sol dejaba constancia
de su presencia, obligándonos a despojarnos de capas. Los cuatro “artistas”,
desde un caminar monótono, mezclado en bromejas, poco a poco iban andando el
camino. No había duda en la encrucijada entre la “Z” y la “Apretura” se optó
por esta última. El recorrido imaginario surca un vericueto de rocas, casi al
pie de los Galayos, bajo tramos de pequeñas lenguas de nieve marcada por las
huellas de otros más tempraneros.
El refugio Victory queda como línea imaginaria que marca la
singladura ya recorrida y un ascenso bajo un pleno sol que abrillanta la nieve,
al mismo tiempo que el juego de rayos solares penetran hasta el hielo dejando
un bonito juego de colores desde banco brillante, al azul y verde.
La nieve mantiene la consistencia que favorece un ascenso
tranquilo y sosegado. Crampones, piolet y bastones acompasan un casino y
constante ascender. El sol hace florecer los sudores, pero poco a poco se va culminando la empinada
y constante subida, donde el ascenso va llenándose de silencios de una montaña
que habla.
Al culminar la cuerda que nos lleva a la Mira, el viento
grita donde un espectáculo de valles y
cordilleras embellecen el paisaje bajo un fondo de nieve. La nieve se vuelve
resplandeciente y firme dejando un duro crujir en manos del viento.
Aire, sueños y libertad en el sólo punto donde la naturaleza
te habla.
Los 2300 metros de altura nos abren sus carnes en una
imponente lengua de nieve. El sol, bajo sus horas, reblandece la nieve,
convirtiendo su bajada en un delicado deslizamiento. No hay prisas y menos
apreturas. Bajar, disfrutar del paisaje. Deslizarse, saber que la montaña
siempre está ahí y tú eres sólo un instante.
18,30 horas, tras un zigzagueante descenso, acabamos a pie
del vehículo. Volvemos a la carretera, para retomar el regreso de una jornada
apasiónate, donde un “cerrete” dejo el regusto de unas “gordas” para el saboreo
de Roberto, Javi, Bienve y Julián
Sierra de Gredos (la Mira), 15 de marzo de 2014.
NOTA: Dedicado al Sr. Roberto que tan altas eran sus MIRAs, que sólo vio un cerrete.
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