Para los que no están, para los que están, para los que
vienen, para los que se van, para los que se quedan, para los que se
independizan,… para los que están juntos.
Son momentos para estar juntos, sabiendo que a veces es muy difícil,
por ello este año en mi Belén, y a través de la Tricleta (símbolo Celta),
traslado la idea de unión desde un concepto amplio (vida, muerte e infinito).
“Casi toda la mañana la pasó escondido entre unas piedras que evitaban
el que alguien lo pudiera ver. Repasó su vida y pensó mucho en su Victoria y en
su hija y en algunos momento lloró.”.
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Después de leer el libro me he
quedado con una duda ¿Qué razón ha llevado a la suspensión de la presentación
de este libro en el pueblo que vio nacer a Castrolas?.
Constancio, paisano de
Villafranca de los Caballeros se ha aventurado a escribir un libro sobre la
vida de Isidro Juárez Navarro natural de Villarubia de los Ojos. Creo que
escribir un libro requiere el arte del saber en la utilización de la pluma, y
lanzarse a estos menesteres es una aventura de mucho atrevimiento y después de
pasearme por los lares comarcales de a lomos de Paletos (el burro que acompaño
a Castrolas) debo de felicitar a este escritor chelero por su bien armada
aventura novelada basada en las desventuras de este bandolero que paso sus años
por estos últimos cerros de los Montes de Toledo entre Urda, Madridejos,
Villarrubia y Puerto Lápice.
Alguna que otra vez he estado por
la sierra de Madridejos y en la cueva de Castrola y siempre en estas visitas me
ha quedado un extraño vacío de desconocimiento al pisar estos lugares ¿Quién
era Castrolas? ¿Qué maldades realizó por estos lugares? ¿por qué, Isidro, se
lanzó al monte?,… estas y otras muchas interrogantes me surgían entre estos
cerros, en otro tiempo lugar de escondederos y de desdichas en una época en el
que el ocio no era adentrarse por estos montes.
Constancio nos adentra en la vida
bandolera de Castrolas con mucha sensibilidad, no deja dudas de que ser
bandolero en esas postrimerías del siglo XIX era un elemento generador de
inseguridad y miedos en los que buenamente se labraban la vida de una manera
decente.
Castrolas, el bandolero de los
Montes de Toledo es un libro que da un trato humano, a veces desgarrador de la
maldad de echarse al monte y vivir de las malas artes violentas para mal vivir.
Porque ser bandolero era vivir en la miseria de la miseria, así nos lo dibuja
Constancio.
Significativo es la estrecha
unión que este bandolero tiene con su familia. Constancio siempre encuentra un motivo de conexión con su madre, porque la
madre en La Macha es mucha Madre, y aquí Constancio deja sentir esa influencia
manchega, porque en La Mancha existe un importante lazo de unión familiar y que
decir de esa enlace, a hurtadillas de la
justicia y las gentes, para estar con su mujer e hijos “Victoria abrió un poco las sábanas que los tapaban y acercó la luz del
candil para que Isidoro les viese la cara. Quiso besarlos pero se quedó parado
porque estaba sucio y tenía una espesa barba que seguro que los despertaría.
Que alegría más grande sintió al verlos y a la vez que gran pena por no poder
estar con ellos: Isidoro empezó a llorar y, sin poderlo remediar, también lo
hizo Victoria.”
Constancio Chacón Velasco ha
creado un libro novelado de un famoso bandolero manchego rodeado de muchas
muestras y connotaciones manchegas y agradecidos toque localistas de su pueblo,
Villafranca de los Caballeros y eso es bueno porque dan sentido a un libro que
se adentra en la tierra que bien conoce.
Castrolas fue un bandolero
manchego que hizo mal, pero Isidro Juárez Navarro era un manchego revestido de
la sacrificada aura que en vuelve a todo el que a pario esta Tierra y a buen
seguro que si la vida le hubiera dado otra oportunidad él hubiera sido como son
en esta Tierra: Trabajadores, buenas personas y muy apegados a su familia.
“En un mal paso, el animal resbaló al pisar una de aquellas piedras.
Isidoro no pudo hacer nada para sujetarlo y Paleto cayó, desparramado, al suelo
rodando unos metros ladera abajo con tan mala suerte que se tronzó una de las
patas delanteras. Su día había llegado. Uno de los huesos rotos le rajo la piel
y se salió de la pierna, una cuarta por lo menos, por debajo de la rodilla.
Pero el animal enseguida intentó ponerse en pie aunque eso ya le fue
imposible…y, como si de una persona se tratara, le estuvo diciendo cosas. Al
poco rato, con la mano izquierda le
cerró los ojos y con la mano derecha cogió su pistola y la puso….”
Estamos a las puertas de Anna o la
ciclogénesis que se avecina, así que temerosos y con recelos comenzamos
nuestras pedaladas.
Ruteros de altas cumbres
Si darnos cuenta y con cierto
viento de frente llegamos a la plaza Mayor de Consuegra, sin un alma en las
calles nos acercamos a reponer fuerzas y, como no, unos hojaldres regados con
un sosegado café nos dan el calor, el descanso y las fuerzas para ir a las
conquista de los Gigantes que protegen el castillo de Consuegra.
Tiempo de mazapán
En lo alto y tras unas apenadas
pedaladas nos enfrentamos a gigantes, pero fue el viento que con su arrecio nos
desplazó hacía las faldas de los cerros dirección al termino de Camuñas, Tierra
de Francisquete.
De Castillos y Gigantes
Es época de la recolección de la
aceituna, se percibe y oye un traqueteo de vareadores, mientras tanto y casi a
los pies de Puerto Lápice nos encontramos con las casa labriegas de los Corrios,
pero del término de Camuñas, son una total ruina llena de abandono, de aquí a
las Minas de Camuñas: Guerra Civil.
Tiempo de aceitunas
Es el momento de encarar al pueblo
rayando por Herencia, pero antes el Pozo del Almaén: Nueva parada para dentro
del desvencijado edificio sometido a un completo abandono, vemos su pozo
oxidado de tuberías, seco en sus aguas y cubierto de techos de cielo.
Pozos del Almaén
Viento de espaldas nos hace tomar
velocidad de vértigo hacia Villafranca de los Caballeros que está a 15 km. Pronto
nos encontramos en sus calles y plazas escondidas de Anna, seguimos hasta la
Laguna Grande y allí unas suculentas raciones sacian el hambre del cansancio.
Barcas y lagunas
Hoy han sido casi 85 km
aprovechando una mañana de calma tensa, donde el agua se hace rogar para regar
estas secas Tierras Manchegas.
Yo vivía aquellos años de baños
en la caldereta, eran años donde el agua podía ser abundante en los ríos,
lagunas y acuíferos pero en las casa apenas si existía un grifo, y por aquel
entonces el agua era un preciado tesoro que no se podía desperdiciar.
Si en invierno a fuego de leña se
calentaba unos cubejos de agua para llenar la caldereta y bañarnos, con el buen
tiempo los rayos del sol eran los calentadores directos del agua en la
caldereta y como chapoteaba uno amparado bajo calorcico de caldereta y agua.
Aquellas generaciones de mis
padres o mis abuelos, yo jamás los vi “estrozar na”, todo tenía un importante
valor y una necesidad de ser y de uso.
Que ha pasado en tres
generaciones…, cuanto progreso, cuantas comodidades y que mejor calidad de vida
de la de antaño a la de ahora, pero que hemos hecho mal.
El agua es un bien común
imprescindible para vivir y necesario
para mostrar vida. Diez años reivindicando este espacio natural, como son las
Lagunas de Villafranca de los Caballeros y su entorno de humedales, nos hace
ser fuertes y convencidos de que todo no está perdido y de que el agua volverá
a las Lagunas de Villafranca de los Caballeros.
Yo el día 7 de enero del 2018
estaré con mi cubo y mi caldereta para reivindicar un año más la protección y
el cuidado de este espacio natural, y quiero utilizar mi caldereta como símbolo de gestión sostenida de nuestros
antecesores que sabían que hay posesiones que no nos perteneces y son un bien
escaso que no se tiene que “estrozar” y menospreciar.
Venga el agua y llénense las
lagunas!!!, que sólo hace falta que llueva.
Pero si cuando lo
haces, disfrutas de la Naturaleza
¡Mejor!
Ir detrás o ver las cosas de
otra forma, de esa forma en el que la batalla lleva otro ritmo, otra lucha y
otro pensar. Es la `posición que se ven las cosas de más de largo, donde el
sentir es de uno mismo, de mirada corta y de respirar profundo. Es la posición
donde todo se estira y todo se aleja, dejando a los pensamientos ser el enlace
de la distancia.
Este año y dentro de ese ánimo de
dejar las cosas como están, el Grupo de voluntarios Medioambiental de las
Lagunas propuso la idea de poner un “porras” para que se cuidará hasta el
último detalle y si se dejaba algún rastros fruto de las prisas del correr este
se recogiera inmediatamente.
Así surgió la bici escoba.
Soy la bici escoba, el último que
guía desde atrás, sin prisa y a ritmo vigilante porque queremos jugar limpio, donde
borrar el rastro si se deja rastro. Este fue mi cometido, y mira tú, que la
experiencia mereció la pena.
En fin hay muchas formas de hacer
deporte y el Trail Humedales Manchegos es un formato que demuestra que también hay
muchas formas de correr y aquí se ofrece un potente tridente: Correr –
Naturaleza – Diversión.
Nota: El vídeo que refleja las 20.000 varas desde atrás del IV
Trail Humedales Manchegos se lo dedico a los dorsales 103 y 105 (Livait yRosa),
dos atletas de nuestra vecina localidad de Madridejos que bien supieron correr
este IV THM.
Quizás esta sea mi primera vez que
me he apuntado a una carrera sabiendo que no la podía correr, pero correr en mi
pueblo, siempre es una ilusión que uno debe mantener hasta el último momento.
La última edición de la carrera popular
las Lagunas de Villafranca me costó un periplo para poder estar en la línea de
salida. Si largo fue el viaje, peor fue verme a los pocos kilómetros con la
moto averiada, pero al final con casi el pitido de salida ahí estuve, un año
más, con ganas y el deseo de correr en mi pueblo.
Lo tengo claro, siempre que pueda
hacerlo, lo que durante muchos años llevo haciendo, lo seguiré haciendo y más
si es en mi pueblo. ¡Vamos!, -al tío le van a quitar la boina así como así-.
¡änimo!, mucho ánimo
Desde primeros de años estoy casi
en paro biológico y desde primericos de agosto en paro total. Menos mal que le
he quitado a mi hijo la bicicleta y puedo surcar los amplios llanos manchegos,
así este fin de semana, partiendo desde la plaza España (el Roce) he realizado
este bonito recorrido por el que transita el IV Trail de los Humedales
Manchegos. Como creo que este recorrido es lo suficientemente atrayente para
organizarte una ruta senderista, aquí lo dejo.
Pincha para ir al track del recorrido de los humedales por Villafranca de los Caballeros
O pensándolo mejor, quizás me
arriesgue y vaya al trontón, aunque sea el porras.
“El odio es una injusticia que cometemos contra nosotros mismos, y a menudo también contra quienes odiamos.” (El asesinato de Sócrates).
Sócrates convirtió en elementos el bien y el mal de los actos humanos o la virtud y la felicidad, fue un portentoso personaje de su época que nunca acomodo sus palabras al deseo ajeno, sino a lo que consideraba justo, aunque terminara ser el blanco de la ira del pueblo.
Pinchar para ir a página de Marcos Chicot
Sócrates, siendo un participante activo dentro de la sociedad ateniense decía que la democracia era la dictadura de los demagogos, por ser un lugar donde la mayoría no decide. En esas Asambleas de locos a las que vas, unos pocos demagogos toman las decisiones y convencen a la mayoría de que vote lo que ellos quieren (El asesinato de Sócrates).
Sócrates quería la verdad y la justicia “muchos hombres temen la muerte, pero yo reconozco mi ignorancia respecto a ella. No sé lo que hay después de muerte, no sé si es un bien o un mal. Lo que sí sé es que la injusticia y abandonar nuestros deberes son los mayores males, y jamás caeré en ellos por temor a la muerte” (El asesinato de Sócrates).
Recorrer una época con una novela histórica documentada, sobre la base de dos ciudades atenienses y espartanos enfrentados de manera permanente por mantener su supremacía; Marco Chicot hace que leer El asesinato de Sócrates, no sólo sea un entretenimiento, sino una magnífica oportunidad de aproximarnos a una época de máximo esplendor como lo fue la Grecia Clásica.
Marcos Chicot ha sabido crear una novela esplendida y sabia, donde la aventura es permanente pero revestida de una sugerente descripción de realidad, donde Sócrates desde un segundo plano de los aconteceres y devaneos de su época brilla con luz propia, siendo un ejemplo de inspiración y de conocimiento a través de ser un ciudadano ejemplar en su hacer y descubridor a través de su ironía socrática “-Yo no soy un adivino, ni un sabio. No puedo mostraros la voluntad de los dioses ni ofreceros magníficas respuestas. Ya sabéis que me gusta conversar y reflexionar con quien quiera hacerlo; si poseo alguna habilidad, ésta consiste en formular preguntas más que en encontrar respuestas.” (El asesinato de Sócrates).
No dejes de leerlo, este es mi consejo, más que mi opinión.