El café está humeantes y mientras
los troncos de encina dibujan llameantes figuras recordamos, hablamos y nos da para soltar
unas muecas de sonrisas. La vida ya es larga, ya contamos por el paso de
muchos años las acumuladas anécdotas. Es el ambiente del salón de la Casa Rural
Santa Elena el que nos embarga en un soporífero baño de recuerdos. Su lumbre,
su ambiente, su embaucador lugar junto a las lagunas hace que el tiempo pase, y
como si de un sueño se tratará surge la voz que pone realidad a esta mañana del
7 de enero de 2018, - ¡Vamos fuera!, que no podemos dejarnos llevar por este
agradable calorcico, que hoy toca el bañarnos-
No hay agua en las lagunas, la
sequedad extrema nos ha llevado a una situación caótica donde el agua se nos
hace una angustiosa necesidad, pero nuestro invernal acto lagunar ha de
sobreponerse a cualquier desavenida situación, porque somos quienes somos y
queremos lo que queremos: Visualizar y ensalzar esta parte de los Humedales
Manchegos como parte importante de sus
conjunto.
Las Calderetas y los cubos van a
simbolizar un tradicional acto que llevamos durante diez años. Este año se hace
un poco más duro: sorprendente frio, acompañado de un viento gélido que junto
al agua de una caldereta cubrirán nuestros desnudos cuerpos bajo un manto de
agua arrojado por impertérritos cubos metálicos y a las espaldas unas lagunas
sin agua.
El rito se ha consumado y la Casa
Rural Santa Elena, fiel a la tradición, riega el interior del cuerpo con
suculentos caldos que luchan por expulsar las tiriteras de los locos bañistas,
otrora desnudos a la intemperie. Al fondo las lagunas de Villafranca, secas,
casi secas,… sin agua, agonizantes y veladas por plañideras garzas.
Innegable es que la situación de
las lagunas de Villafranca son críticas, asomando al agónico deterioro de un
mal que tiene apaño, porque está identificado y se sabe de su medicina:
1.- Que la naturaleza de fin a este
azote de sequedad, quizás esta, estimulada por la voracidad desmedida de todos
y todas los y las humanos.
2.- Que el río Cigüela vuelva a
llenar su cauce de agua, corra con su lento brío de lentas aguas y que vaya
inundando sus aledaños márgenes, a pesar de haber sido sometido a una loca
intervención humana que dañinamente ha socavado el fluir de las aguas en su
natural.
3.-Punto que estamos solicos. Que entre el agua que en
Derecho Natural deba entrar en las lagunas y sus dehesas, agua vilmente esquilmada por torpes normas que
mancillan el derecho histórico de verter agua e inundar esta extensión del río Cigüela
que durante años ha hecho vivir esta otro humedal manchego.
Tres puntos necesario e
imprescindible para mantener este milenario ecosistema, pero tristemente hay un
grave problema y es que si la naturaleza es generosa en sus lluvias y el
río revive su poderoso cauce, existe ese
tercer punto del lado oscuro que otros están dispuesto a negarnos, y si nosotros
estamos dispuesto a tolerar a que esto así ocurra, estamos abocados a escribir
la más triste historias que ninguna otra generación lagunera jamás se hubiera
atrevido a tolerar.
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Entre uno y otro o lo que es el de arriba y el de abajo, median más de cincuenta años. |